Cenacheriland
Ignacio del Valle
Tragarte tus palabras
Pedro Sánchez demora su caída inexorable, corroído por la corrupción y el machismo que le rodea, y mientras más la demora más traumática se hace y más daño le hace al Partido Socialista Obrero Español, integrado en su gran mayoría por personas decentes que trabajan como pueden y saben por mejorar la vida de sus conciudadanos.
Al parecer, sólo le importan él mismo y su familia. Ni los más allegados amigos y colaboradores se libran de sus juegos de poder y maniobras de laboratorio encaminadas a autoconcederse una prórroga. Los usa como marionetas –a algunos/as también los somete a ventriloquía–, los trae y los lleva a su conveniencia, los maneja en función de su interés personal.
Ahora, en vez de asumir su responsabilidad en el desastre que está viviendo el PSOE y adelantar las elecciones porque sabe que va a perderlas, se dispone a sacrificar a varios de sus mejores peones con la esperanza –vana– de que ellos carguen con su tremendo calvario actual, tal vez más intenso y profundo que los que vivieron en sus últimos meses los gobiernos de Adolfo Suárez y Felipe González, dos personajes muchísimo más valiosos que él.
Ocurrirá justo lo contrario: los candidatos socialistas en las sucesivas elecciones autonómicas que se aproximan serán derrotados, en algunos casos con estrépito. ¿Alguien lo duda? En dos semanas le pasará en Extremadura a Miguel Ángel Gallardo, el protector del hermano del presidente que conseguirá el peor resultado del PSOE extremeño en su historia (por cierto, el código ético del partido prohíbe que sea candidato un procesado por corrupción en vísperas de juicio, los estatutos lo permiten). En Andalucía, María Jesús Montero, afectadísima por los escándalos de su amigo Paco Salazar y su estrecho colaborador Vicente Fernández (ahora “este señor” del que no es amiga ni se escriben whatsapps), se conformaría con no empeorar los escuálidos resultados de Espadas. En Aragón la ministra portavoz y papagayo, Pilar Alegría, marcha hacia el patíbulo frente al presidente del PP, Jorge Azcón, que acaba de disolver el parlamento por no hacer más concesiones a Vox. En Castilla y León, tres cuartos de lo mismo. ¿No es triste que el único objetivo viable del PSOE en estos territorios sea que haya un avance de Vox?
La oleada de victorias del PP servirá de alfombra para cuando haya elecciones generales. Al revés de lo buscado.
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