Tomás Zulueta Echeverría

El sueño de echeverría

La tribuna

28 de abril 2015 - 01:00

PARAFRASEANDO a Martin Luther King en su famoso discurso donde pronunció la frase "I have a dream" (Tengo un sueño) y acordándome del disco de Pink Floyd The Wall (el Muro). Parece ser que gracias a la actitud del Banco de Santander, vamos a poder conseguir la aprobación del Convenio de Acreedores de Inmobiliaria Echeverría y de esta forma evitar la liquidación de la empresa.

Sí, yo tenía un sueño y también me encontraba frente a un muro. El sueño era poder seguir trabajando y el muro unas durísimas negociaciones. En esta vida, casi siempre, cuando existen dos posturas alejadas y hay que acercarlas, o ambas partes ceden para llegar a un acuerdo o el mas fuerte aplasta al débil. Es una cuestión de voluntad donde decide el poderoso. Si éste es razonable, no solo buscará su interés a corto plazo sino que irá un poquito mas lejos y mostrando su inteligencia pensará en que su beneficio puede ser la ruina para muchos otros y cederá una porción satisfaciendo de este modo a casi todos, que le estarán agradecidos por su acto de generosidad.

No estoy seguro, pero parece ser que esto es lo que está ocurriendo. Para salvar nuestra empresa, la llave la tiene el Banco de Santander y deseo y espero que sirva para abrir puertas y no para cerrarlas. Ellos deciden. Alternativas: liquidación, lo que nos llevaría a no poder hacer frente a nuestras deudas, ya que los bienes se malvenderían. Continuidad, implicaría dejarnos trabajar para conseguir dos fines: el primero pagar a nuestros legítimos acreedores y segundo intentar recrear una empresa que es emblemática en Málaga y que fundó mi abuelo en 1959.

Problema a corto plazo, la falta de liquidez provocada por la brutal crisis económica que hemos sufrido en los últimos ocho años y parece dar señales de ir remitiendo. Anhelos. Seguir trabajando duro, cumplir con nuestras obligaciones, y si el cuerpo aguanta continuar pegando ladrillos como siempre hemos hecho.

Agradecimientos, a todos aquellos que nos han dado su confianza en forma de adhesión al Convenio de Acreedores. Sueño que las negociaciones con el Banco de Santander hayan fructificado y les estaremos profundamente agradecidos.

Inmobiliaria Echeverría es una empresa netamente malagueña fundada por D. Tomás Echeverría Mendizábal, mi abuelo, en el año 1959. Sufría de cáncer de pulmón y los médicos le recomendaron un clima suave para hacer frente a su enfermedad de una forma mas llevadera. Alicante o Málaga. Se decidió por esta preciosa ciudad y aquí continuó con su actividad. Ya había construido antes en su San Sebastián natal aunque su negocio principal era el acero, empezó como chatarrero justo acabada la guerra.

Y fue en Málaga donde comenzó la andadura que ahora tengo el honor de dirigir. Primer edificio Sancha de Lara, 9. Acto seguido empezarían las urbanizaciones: Gamarra I, sus calles llevan nombres de la tierra natal. Aquí entran D. Fernando Echeverría Polo, mi tío y D. Juan Ramón Zulueta Casarrota, mi padre. Construyen mas bloques, luego vendrían los barrios, fundamentalmente de protección oficial pero siempre con la dignidad que nos ha caracterizado: Echeverría del Palo I, Gamarra II, Echeverría del Palo II, Miramar de Huelin, Corona de Teatinos, Añoreta, Mirador de la Bahía en Algeciras, Las Lagunas de Mijas y un largo etcétera que sería demasiado prolijo enumerar, en fin más de 20.000 viviendas a lo largo de nuestra historia. Aún tenemos suelo calificado como urbano para promover alrededor de 55.000 metros cuadrados (unas quinientas cincuenta viviendas).

Llega la crisis y todo empieza a caerse. Las razones múltiples. Casi nada en esta vida tiene una explicación sencilla, lo contrario sería pecar de simplista. Hay muchas de ellas que deben quedar en el interior de quienes las hemos padecido.

Falta de liquidez, que no de activos, minusvaloración de los mismos, los bancos que aprietan, los compradores no se subrogan en las hipotecas de las viviendas que han adquirido, los bancos que aprietan, el dinero que se acaba, la rueda que se para, la crisis que azota al mundo entero. Parece que los astros se han alineado en una conflagración maligna, la plaga bíblica de siete años de abundancia y siete de escasez. No solo contra esta empresa. Muchos se quedan sin casa, otros deben emigrar para subsistir, el paro que crece, la mayoría debemos recortar gastos. En vez de filete, fideos y así hemos vivido (y seguimos) casi todos durante muchos años. Es la realidad de la mayoría. A los pocos que no les ha cambiado la vida, incluso se han enriquecido aún mas.

No quiero entrar en temas de justicia social, no es el momento ni el lugar, pero la mayoría tenemos menos que antes, aún así, la felicidad no la da el dinero, es de perogrullo pero me encanta: "Un vagabundo se creía el más pobre porque comía hierbas del campo hasta que miró para atrás y vio a otro que recogía las que él iba tirando". ¿Vagancia, realidad? Qué mas dará.

Y después de divagar, que me gusta, al grano: "Esperamos obtener los votos suficientes para que el convenio de acreedores se apruebe. Gracias a los que ya lo han dado y bienvenidos a los que los den a partir de ahora".

Y colorín colorado, espero que este cuento aún no se haya acabado.

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