Al margen

Ramón Triviño

La suerte está echada

EN la cocina de los partidos hace días que se ralentizó la maquinaria puramente electoral porque todo lo que se debía y podía planificar está hecho. Salvo los cierres de campaña previstos para hoy, con diversas fiestas, en las que unos agasajan a los voluntarios, que lo han dado todo por sus siglas, y otros, para calentar el ambiente entre interventores y apoderados, sólo queda preparar los distintos escenarios, cuyos telones se abrirán nada más conocer los resultados de las urnas, y los argumentarios del temido día después, en el que como siempre costará trabajo encontrar un perdedor, si es que no hay uno de esos vuelcos que dejan a todos sin respiración, probabilidad que no recoge ninguna de las encuestas publicadas y sin publicar.

Por cierto, que entre las novedades que aporta esta campaña que termina, se encuentra la fórmula que algunos medios han buscado para bordear la prohibición de dar a conocer a la opinión pública sondeos electorales durante los cinco días previos a los comicios. Para difundir los datos, varios medios españoles, que consideran anticuada la legislación establecida en el artículo 69.7 de la ley electoral de 1985, han recurrido a ediciones digitales colgadas en el extranjero, o citan sondeos elaborados por encargo de medios de otros países, como es el caso del británico The Times, que publica en su edición digital los resultados de un estudio realizado por Sigma Dos.

La avidez por desentrañar el misterio del 9-M no sólo afecta a los implicados más directos, candidatos y partidos, sino que los grandes poderes dan muestras de impaciencia y no tienen problema en gastarse un buen puñado de billetes para tratar de conocer antes que nadie el horizonte político que se dibujará el domingo. Uno de estos estudios circula estos días por algunos despachos de Málaga, desde donde se filtra a algún que otro periodista.

En cualquier caso, llega la hora de poner punto final a este diario de campaña, desgastado de tanto pasearlo, como las suelas de los zapatos del cronista, que al igual que algún candidato se ha dejado algún kilo por las calles malagueñas. La proximidad de la Semana Santa frenará el comienzo del futuro, y abrirá un tiempo para la reflexión y el descanso. Porque pase lo que pase el 9-M, por cierto jornada algo nubosa, sin lluvia, sin viento y temperaturas entre los 10 y 18 grados, se abre la puerta de un nuevo ciclo que, al contrario de la predicción meteorológica, se adivina ciertamente tormentoso.

Voten con fuerza, el corazón y la cabeza.

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