Los tiempos no son tan malos

15 de noviembre 2025 - 03:07

Resulta difícil escribir de los tiempos en que vivimos. Y, sobre todo, comprender la época que nos ha tocado vivir. Al fin y al cabo, son tiempos de cambio que están definiendo, a su vez, una nueva era. Desde el punto de vista político parece que asistimos al principio del fin de nuestras democracias. En palabras de Víctor Lapuente, “casi todas las organizaciones evaluadoras de la salud de la democracia están de acuerdo en que, como mínimo, la extensión de las libertades democráticas en todo el planeta, que hemos visto, con idas y venidas, desde las revoluciones francesa y americana de fines del siglo XVIII, se ha detenido momentáneamente. En el mejor de los casos, vivimos un paréntesis democrático. En el peor, estamos asistiendo al ascenso de las autocracias, en una escala no vista desde el periodo de entreguerras del siglo pasado”. El V-Dem Institute en su informe de este año demuestra claramente que se están autocratizando países – 45 frente a 12 en 2004-, afectando el deterioro de la libertad de expresión a 44 países. Hoy el 72% de la humanidad vive en regímenes autocráticos -frente a un 49% de 2004- y a un 38% vive en países donde las libertades democráticas retroceden -frente a un 7% en 2004-. A esto le acompaña un malestar democrático que hace, por ejemplo, que los jóvenes en España sean más de derechas que nunca, tengan una conexión más débil con la democracia o exijan un líder fuerte, dependiendo que circunstancias.

No podemos ignorar la crisis de la democracia. En cualquier caso, los tiempos no son tan malos y nadie espera una vuelta del fascismo de los años treinta. Incluso, y a pesar de Trump, hay alguna alegría para la izquierda. En efecto, como afirmaba en el artículo de la semana pasada, la ciudad puede ser el escenario de las políticas que nos podemos permitir y ese espacio de la política de la cercanía que recupere la conexión de los políticos con los ciudadanos y sus problemas. Zohran Mamdani, el nuevo alcalde de Nueva York, constituye un referente y una esperanza, desde la política local, para renovar desde la izquierda el liderazgo del Partido Demócrata. A él se une Katie Wilson, que se define como socialista y acaba de hacer historia al ganar las elecciones a la alcaldía de Seattle, con un mensaje progresista con el que ha derrotado por poco más de 2.000 votos al demócrata Bruce Harrell, que buscaba la reelección. Los progresistas suman así una victoria en la Costa Oeste de Estados Unidos, tras una campaña exitosa similar a la de Mamdani. Wilson, organizadora comunitaria de 43 años y recién llegada a la política, ha abogado durante su campaña por imponer mayores impuestos a las corporaciones y programas de vivienda asequible. Habrá que seguir observando si esta nueva ola política que está desarrollándose en la vida política norteamericana se consolida y no sólo es una reacción frente a Trump, sino una tendencia política que puede consolidarse también en Europa. Quizás no sean tan malos tiempos. Algo empieza a moverse en Estados Unidos.

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