El lanzador de cuchillos

Vosotros, turistas, sois los terroristas

Tiene razón la CUP: los turistas son los terroristas. Menos mal que este año se han quedado en su puta casa

Javier Martínez, padre de un niño de 3 años que murió en los atentados islamistas de Cataluña del verano de 2017, anda recogiendo firmas para instar a Sus Señorías a que impulsen en el Congreso de los Diputados una comisión de investigación sobre aquellos hechos. Se queja, además, de que, tras los ataques, los muertos y sus familias fueron completamente olvidados por los políticos y los medios de comunicación. El señor Martínez peca de ingenuo; a estas alturas debería saber que a nadie le interesa lo que puedan decir los familiares de las víctimas de un atentado: lo verdaderamente enriquecedor es el testimonio de los amigos y allegados de los asesinos. Así lo entendieron por aquellos días los periódicos y las televisiones. Por ejemplo, Silvia Jato, que en La Mañana de la 1 confraternizaba con el primo de uno de los yihadistas y se partía la caja cuando éste le desvelaba que su pariente no tenía novia formal, sino rolletes. También vimos el rostro decentemente cubierto de la hermana y de la madre, que nos informaron de que era un muchacho sin tacha, que las quería infinito. La Jato, tan guapa y tan señora, se mostró además como una mujer comprometida y cálida, equiparando el dolor de la madre del niño muerto en Las Ramblas y el de la madre de su verdugo. Es una miss con alma de trabajadora social.

Gracias a los diarios que publicaron el texto remitido por Raquel Rull, educadora de Ripoll, pudimos conocer mejor a Moussa Oukabir, el chiquillo que acudía a sus talleres con 8 años, de la mano de Driss, su hermano mayor, un hombrecito amable y buen estudiante. A Moussa lo abatieron los Mossos en Cambrils y a Raquel le dolía no poder volver a abrazarlo: ¡eran tan joven, tan lleno de vida, tenía tantos niños a los que matar…!

A Ramón Colom también le partió el corazón que la Policía autonómica acabara con la carrera criminal de los Oukabir y tuvo en las redes un emotivo recuerdo para su madre, pobre mujer. Por su parte, El País mandó a Nacho Carretero, el de Fariña, a preguntar a los amigos de Younes, el conductor de la furgoneta, que mató a dieciséis personas y dejó malheridas a más de cien: "Mira, te lo voy a resumir: era un tío de puta madre", contestó uno de ellos con desparpajo. No me cabe la menor duda. Mucho mejor que aquellos turistas invasores a los que despanzurró contra el suelo. Tienen razón los de la CUP: ellos, los turistas, son los terroristas. Menos mal que este año se han quedado en su puta casa.

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