Sánchez vuelve de Estados Unidos con una valiosa foto para su beneficio personal junto a Biden, pero con los abusivos aranceles para la aceituna negra andaluza vigentes y sin fecha precisa de retirada para las tierras contaminadas en medio millón de metros cuadrados de Palomares. La escena del salón oval vale un Potosí para el presidente. Cuando los argumentos del PP en la campaña electoral se reducen a derogar el sanchismo e invocar a ETA, Washington lo acredita en una visita de cortesía. Esa foto tan apreciada por el visitante, supone en la práctica que el anfitrión recibe lo que quiere y a cambio hay bonitas palabras para los intereses españoles insatisfechos.

El aliado trasatlántico consigue aumentar de cuatro a seis los destructores del escudo antimisiles norteamericano que operan desde la Base de Rota, una instalación de 2.400 hectáreas que cumple este año 70 de funcionamiento. La exigencia de EEUU de que sus socios en la OTAN se gasten el 2% de su PIB en Defensa, incluye la pretensión de que una parte sea para comprar material de guerra estadounidense. España lleva meses negociando la adquisición de una veintena de aviones F-35A para la Fuerza Aérea y otra docena de F-35B de despegue vertical para la Armada. (En euros, de 70 a 96 millones la pieza).

Hay una perfecta sintonía entre ambos países en el apoyo total a Ucrania contra la agresión rusa. Y en el aspecto bilateral buena voluntad para que la Agencia Espacial Española, con sede en Sevilla, colabore con la NASA, lo que queda muy mono en una declaración. También ha dejado muy bien al presidente el deseo de que España participe en el reasentamiento de refugiados latinoamericanos, en función de las necesidades laborales del país. En los últimos tres años han llegado a la frontera americana 4,5 millones de personas, de las que 1,8 millones han logrado pasar la valla; la mayor parte expulsados. Acoger a un millar de ellos sería meramente simbólico.

Pero las sanciones que el presidente Trump dispuso en 2018 contra la industria española de aceituna negra, por la presión de los productores californianos, siguen vigentes con el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Se trata de una industria básicamente radicada en Andalucía, sobre todo en Sevilla, Córdoba, Málaga y Badajoz. Funcionarios americanos auditaron tres empresas del sector y les exigieron libros abiertos. La acusación era doble, por las ayudas de la PAC (15% de arancel) y por dumping (20%). Esta transparencia no la cumple en absoluto ninguna de las grandes compañías tecnológicas norteamericanas que operan en Europa, como Google, Facebook, Apple o Amazon, que acaban liquidando una parte mínima de sus beneficios multimillonarios en el permisivo sistema fiscal irlandés. Si se mira bien, se ve que la foto al final ha sido más rentable para Biden.

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