Crónica personal

Pilar Cernuda

Los vídeos de UGT

POCAS veces se ha visto en España una campaña más grosera. Pocas veces ha caído más bajo un sindicato. Pocas veces se ha convocado una huelga general con tan poca gana, tan poquísima gana, que en lugar de centrar la campaña en el asunto que supuestamente provoca esa huelga, una reforma laboral que según UGT atenta contra los derechos de los trabajadores, basan los vídeos de campaña en arremeter contra el principal partido de la oposición y presenta a los empresarios como personajes miserables: despectivos con el personal femenino, acosadores, aprovechados y zafios.

El propio Fernández Toxo, secretario general de Comisiones Obreras, ha expresado su rechazo, pero Cándido Méndez se mantiene en silencio, al menos a la hora de escribir esta crónica. Y el que calla, ya se sabe, otorga. Es decir, asume el espíritu y la letra de dos vídeos deleznables que, por cierto, se han costeado con los dineros de todos los españoles, pues para nadie es un secreto que en este país los sindicatos no se financian con las cuotas de sus afiliados, sino a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. Lo que hace aún más irritante, más rechazable, esa campaña de pésimo gusto.

En el primer vídeo UGT ataca a los empresarios y al PP -¿la huelga, repetimos, no era contra la política del Gobierno?- y en el segundo el actor que representó en tiempos a España en Eurovisión, el Chiquilicuatre, humilla a una mujer trabajadora, se insinúa con ella, le hace burla, la desprecia, llama esclava a la mujer de un compañero también empresario y compara a la trabajadora con una compresa. Es evidente que UGT trata de demonizar al empresariado, pero el simple hecho de que contrate un guionista que imagine esas situaciones, y que además las cuelgue en internet, demuestra que UGT acude a seudoprofesionales de la comunicación y publicidad que tendrían que hacérselo mirar; y que a UGT le importa poco difundir determinada imagen de la mujer en la red.

Los empresarios se cargan de razón para expresar su indignación, pero también las mujeres tendrían motivos sobrados para protestar a gritos bajo la ventana del despacho de Cándido Méndez. Y a todas éstas Aído calla. Como es su sindicato … la que se habría armado en este país si un partido o un organismo conservador realizara una campaña en la que la mujer fuera tratada como ese vídeo del que UGT se muestra tan satisfecho.

Se comprende que UGT, esta UGT, no haya llegado a acuerdos con los empresarios cuando tan importantes eran las negociaciones sobre la reforma laboral: esta UGT ni conoce el mundo empresarial ni tiene idea del trato y el respeto que merecen las mujeres trabajadoras.

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