La mar de historias

Juan Carlos / Cilveti / Puche

Una visita fugaz

27 de agosto 2013 - 01:00

HACE algo más de dos semanas, en concreto el domingo 11 de agosto, el bergantín de dos mástiles La Grace, atracaba a última hora de la tarde en el muelle número uno. Adscrito a una asociación cívica de nacionalidad checa que lleva el mismo nombre del barco, este velero de 23 metros de eslora, desde 2010, realiza viajes educacionales y turísticos fundamentalmente por el Mediterráneo.

Construido a finales de 2008 en un astillero egipcio especializado en la fabricación artesanal de buques de madera, esta réplica de un bergantín del siglo XVII, luce igual nombre que el barco que capitaneó el marino checo Augustin Herman; un afamado aventurero que además de trabajar para la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, fue un renombrado bucanero por las aguas del Caribe.

Navegando bajo pabellón checo, y enarbolando en lo más alto de su palo mayor una bandera pirata, La Grace adquirió fama internacional en la madrugada del 25 al 26 de octubre de 2012, cuando en la playa de El Cable, frente al puerto marbellí de La Bajandilla, el velero quedaba encallado. Tras ser reflotado dos semanas después de su accidente, el bergantín fue llevado al puerto de Sotogrande, donde se iniciaba una reconstrucción que finalizaba a principios del presente mes cuando el barco era oficialmente entregado en Gibraltar a su armador.

Realizando muy probablemente unas pruebas de mar, La Grace, sin previo aviso, entraba por la bocana del puerto malagueño y atracaba en el muelle número uno en la tarde noche del domingo 11 de agosto. Después de ser informado por la policía portuaria de la tarifa que debía cumplimentar por el amarre, el bergantín, que no llevaba izada su bandera pirata, dejaba las aguas malacitanas.

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