Club Dumas

Salvador Merino

El vuelo de Ícaro

28 de diciembre 2015 - 01:00

CUENTA la mitología griega que Dédalo y su hijo Ícaro decidieron huir de Creta construyendo unas alas para salir volando. No debían acercarse al agua, para no mojarse e impedirles levantar el vuelo, ni al sol para no fundir la cera y caer estrepitosamente. La impulsividad de Ícaro le llevó a querer volar demasiado alto y su padre tuvo que ver como caía y moría en las aguas del mar Egeo. Las últimas elecciones han llevado a los dos grandes partidos, PP y PSOE, a tener que plantearse como quieren levantar el vuelo. Y los comienzos no han sido especialmente favorables porque esas caras serias, más por exceso de testosterona que por preocupación política, no auguran buenos resultados. Hay veces que cuando dos personas no se entienden es mejor dejar sitio a otras que puedan, al menos, razonar sin tensión y priorizar lo que les une sobre lo que les separa.

Porque, a pesar de todos los desplantes y enfrentamientos en público, los españoles seguimos viendo más cercanas las políticas de populares y socialistas de lo que ellos son capaces (o incapaces) de ver. Y empezamos a estar un poco hartos de tantas líneas rojas que solo buscan la imposibilidad del acercamiento. Si tan importante eran esas condiciones imprescindibles ¿porqué no las plantearon en campaña? ¿quizás porque apoyar las autodeterminaciones podía restar votos?

Es curioso tener que observar, con sana envidia, como en septiembre de 2005 los resultados electorales en Alemania fueron tan similares a los nuestros hoy. Y durante tres semanas tanto Merkel por la CDU, como Schröder por el partido socialdemócrata, se encerraron y planificaron la gran coalición, de la que Alemania salió reforzada, dando un ejemplo al mundo de cómo poner el país por encima de los intereses personales y políticos. El interés por hacer funcionar esos consejos de ministros multicolor posibilitó que las grandes ideas de ambos partidos fuesen impulsadas y los dos salieron fortalecidos. Ahora ha llegado el momento en España de saber que partido quiere comportarse como Dédalo y cual como Ícaro. Ambos son muy libres de tomar la decisión que más les convenga, pero no deben olvidar que su futuro personal será más o menos duradero si saben primar el bien común y el futuro de España sobre todo lo demás. Como diría el poeta y científico alemán Goethe: no preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino.

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