Andalucía se la juega

La Junta de Andalucía se dispone a presentar un Presupuesto para 2024 moderadamente expansivo con un aumento del gasto de unos 1.100 millones de euros hasta alcanzar una cifra global de 46.753 millones de euros, un 2,5% más que en el ejercicio precedente. Estas cuentas, para cuya aprobación el PP cuenta con una holgada mayoría absoluta, están hechas sin tener en cuenta el marco financiero del Estado y con una mera previsión de las transferencias que llegarán por esa vía. Se trata de uno más de los problemas que provocan la interinidad a la espera de la investidura de Pedro Sánchez. Y es precisamente ese proceso el que puede hacer que Andalucía profundice en su situación de comunidad infrafinanciada y agraviada. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no ha ocultado que en la negociación con Sánchez da por superados los aspectos políticos, como la amnistía o la posibilidad de referéndum, y que lo que queda por concretar son las mejoras financieras para Cataluña y las nuevas transferencias. Esas mejoras llevarán aparejada, según lo poco que se conoce, una quita importante de la deuda que mantiene con el Estado y privilegios exclusivos que acercarían el modelo catalán al de las comunidades forales. Ahí es donde Andalucía tiene la obligación de plantarse y rechazar con fuerza cualquier intento de que la región se vea una vez más discriminada y perjudicada. El presidente Juanma Moreno ya ha tomado postura en este sentido. Pero no se puede quedar en un empeño de la Junta y del grupo político que la sustenta. Es necesario que se sume a esa exigencia la región entera, empezando por el principal partido de la oposición, y que en esa cuestión Andalucía se presente unida y fuerte. Es mucho lo que nos jugamos en las próximas semanas.