Marcar distancias

La moción de censura le ha servido al PP de Feijóo para distanciarse con claridad de Vox sin avalar a Pedro Sánchez

La semana que termina le ha servido al partido Popular de Alberto Núñez Feijóo para clarificar posturas en la que es, posiblemente, su principal hipoteca política: las relaciones con Vox. Lo ha hecho justo antes de que la campaña para las elecciones del 28 de mayo engulla cualquier atisbo de debate ideológico. En la moción de censura que de manera irresponsable el partido de la derecha radical presentó con el profesor Ramón Tamames como candidato, Núñez Feijóo ha demostrado cintura política. Sin avalar a Pedro Sánchez ha marcado distancias suficientes con Vox para dejar claro que quien hable de bloque entre las dos formaciones tergiversa la realidad. La abstención ha sido útil para señalar que se está muy lejos de Pedro Sánchez, pero que eso no significa que se tenga una comunidad de intereses o estrategias, con Santiago Abascal. Esta postura queda remarcada también por el hecho de que, en Madrid, la comunidad que va más por libre de la dirección nacional del PP, Isabel Díaz Ayuso haya roto cualquier tipo de colaboración con Vox. Queda claro, por tanto, que el PP no propicia una política de bloque, como sí ocurre en el PSOE y su izquierda y se evidenció en el reparto de papeles entre Sánchez y Yolanda Díaz en el debate la moción de censura. La actitud del PP no es nueva; es la que ha venido consolidando el partido desde que se produjo el relevo en la dirección nacional y no supone, porque no tendría sentido, que se cierre a cualquier posible acuerdo que determine la formación de mayorías en ayuntamientos o comunidades autónomas. La primera responsabilidad del partido al que los ciudadanos dan la responsabilidad de gobierno es asegurar la estabilidad y ésta sólo se garantiza mediante acuerdos con otras fuerzas si el apoyo electoral no permite un mandato en solitario.

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