Torra anticipa su estrategia ante la Unión Europea

Ni Torra ni los parlamentarios de Puigdemont dejarán que haya otro presidente autonómico si es inhabilitado, la ruptura con ERC será mayúscula

La vista celebrada en el Tribunal Supremo pone fin al proceso por desobediencia contra el presidente de la Generalitat, Quim Torra, al que el Tribunal Superior de Cataluña había condenado a un año y medio de inhabilitación. Una vez que Torra asumió su propia desobediencia, es más que posible que el Supremo confirme la condena y el dirigente independentista deje de ser presidente autonómico. En contra de su palabra y de lo que había acordado con sus aliados, ni Torra ni los parlamentarios del partido de Puigdemont quieren convocar elecciones, por lo que intentarán que otra persona de la confianza del fugado en Bélgica ocupe el puesto de modo interino durante dos meses, al final de los cuales se fijaría la fecha de los comicios de modo automático. Su decisión abrirá más la brecha que ya existe entre ERC y JxC, que es la marca con la que Puigdemont ha engullido una parte de los restos de Convergencia. La otra ha roto, definitivamente, con él. Ésa es una derivada política de este juicio que, como todo lo que ocurre en Cataluña desde hace años, está sometida al viento de la incertidumbre y al capricho de una persona huida de la Justicia española. La otra es la intención de Quim Torra de internacionalizar su caso. Durante la vista en el Supremo, su abogado ha apelado al artículo segundo del Tratado de la Unión Europea y ha dejado ver que acudirá al tribunal comunitario. Este artículo establece el derecho que ampara a las minorías en el seno de la Unión. Como los catalanes nunca ha constituido una minoría en España -son ciudadanos de pleno derecho sin distinción política ni religiosa del resto de los españoles- , Torra ha tenido que acuñar el término "minoría nacional", lo cual es falso, pues tampoco provienen de otra realidad histórica que no sea la de España. Plural y diversa, pero sin más recorridos nacionales que los del propio país. No son los húngaros de Rumanía. Lo que hará el actual presidente no es otra cosa que seguir la estela de Puigdemont, quien de modo incomprensible sigue instalado en un Estado de la Unión sin que los jueces españoles puedan traerle para ser juzgado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios