Editorial
Muface como síntoma
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La situación de los institutos de Teatinos, en la capital, y el de Torre de Benagalbón, en Rincón de la Victoria, ha empañado el inicio de las clases en las enseñanzas medias (Secundaria, Bachillerato y FP) en una jornada que supuso la incorporación a las aulas de más de 163.000 alumnos. Especialmente grave es el caso del municipio axárquico, donde las obras del cuarto instituto que tiene que albergar a 240 niños no finalizarán hasta el mes de marzo. La solución que Educación ha dado a los padres no les convence en absoluto ya que pasa por la instalación de cinco aulas prefabricadas en la parcela donde se situará la futura pista deportiva de este centro. Ayer mismo los padres decidieron no llevar a clase a sus hijos hasta que se solventen las carencias detectadas en los módulos prefabricados. Las consecuencias son claras: ruidos, molestias y el temor de las familias a que los trabajos que se desarrollen afecten a la seguridad de sus hijos. El lunes muchos de ellos acudieron a clase con cascos para denunciar la situación que sufren en una imagen que debería, como mínimo, sonrojar a Educación. Desde primera hora de la mañana, los operarios estuvieron metiendo el mobiliario en las aulas: no había baños ni aire acondicionado para combatir el calor de las uralitas. Para la consejera de Educación, Sonia Gaya, la explicación es sencilla: "[Málaga] tiene una presión demográfica considerable en determinadas zonas que no va en consonancia con los ritmos administrativos y de ejecución de obras". A la consejera habría que recordarle que una plataforma ciudadana ya pedía en 2013, hace cinco años, la construcción del cuarto instituto. Tras varios retrasos, estaba previsto que estuviera en funcionamiento desde septiembre de 2016, pero nuevas demoras y los eternos problemas burocráticos desembocaron en la desesperada situación actual para padres, docentes y alumnos. El caso de Teatinos, otro punto negro en el mapa educativo de la provincia, es igual de grave. Aquí los 180 alumnos no han iniciado el curso ni en el instituto ni en las prefabricadas que se construyen porque no ha dado tiempo ni para finalizar las caracolas. La solución que ha dado Educación es habilitar las salas de la Residencia Andalucía, donde se impartirán las clases, al menos, esta semana. "Ya no nos creemos nada", señalaban ayer los padres. La educación es un pilar básico del estado de bienestar y todos los niños deberían tener garantizadas unas infraestructuras dignas para formarse y para recibir la mejor educación posible. Con la educación no se juega.
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