Juan Ramón Medina Precioso

¿Conversará IU con Izquierda Española?

La tribuna

¿Conversará IU con Izquierda Española?
¿Conversará IU con Izquierda Española? / Rosell

13 de junio 2024 - 00:15

En mayo de 2011, presidiendo el socialista Zapatero el Gobierno español, se asentaron pacíficamente muchos jóvenes en la madrileña Puerta de Sol. Se declaraban indignados con el declive económico que padecían y denunciaban otras lacras de la realidad social. No solo pedían un incremento notable del gasto púbico, sino también, asombroso, una separación de poderes real. Iban así en contra de la supuesta muerte política de Montesquieu dictaminada por el socialista Guerra. Además, se oponían al bipartidismo, gritando una rima tan chabacana como expresiva: “¡PSOE, PP, la misma mierda es!”. Si la dimitida presidenta de Sumar, la ferrolana Yolanda Díaz, cree innovador su “¡a la mierda todos!”, lamento decirle que ya se le habían anticipado los del 15-M. El entonces ministro del Interior, el inteligente socialista Rubalcaba, contemporizando con los indignados, no mandó desalojar la plaza, lo que facilitó que el asentamiento se prolongase varios días.

Es opinión popular que Podemos nació en 2014 al calor del movimiento de los indignados. Siendo eso verdad, no es toda la verdad. Faltaría un pequeño detalle personal, que el novelista Graham Greene quizás habría llamado “el factor humano”. El protagonista fue Pablo Iglesias, un doctor en Ciencias Políticas dedicado a la docencia, el articulismo y el activismo político. En privado, había pedido a Izquierda Unida (IU) que lo nombrasen candidato al Parlamento Europeo. La negativa de los dirigentes a satisfacer esa demanda condujo a que, en 2014, se reuniese con Miguel Urbán, Jorge Moruno y Rafael Camargo para impulsar un partido que compitiese en las inminentes elecciones europeas. Había nacido Podemos, que obtuvo cinco diputados. Por su parte, IU solo obtuvo un eurodiputado. Su nombre: Manu Pineda, un activista a favor de los palestinos.

Una década después, en 2024, Podemos ha obtenido dos eurodiputados, Isabel Serra e Irene Montero, la pareja oficial de Iglesias. En cambio, IU no ha obtenido ninguno. Su candidato: Manu Pineda. La causa de ese fracaso es que, guiados por la idea de crear un Frente Amplio, la anterior dirigencia de IU consideró oportuno incorporarse a Sumar, un proyecto que bien podríamos calificar de OPNI, objeto político no identificado. Esa forma cómica de denominar a la Unión Europea, que inventó Jacques Delors, vale para también para Sumar. En efecto, siendo un partido, o pretendiendo serlo, agrupa en su seno varios otros partidos regionales (en su argot, nacionales), lo que origina una contradicción estructural insalvable. El motivo es muy sencillo: IU está presente en muchos territorios en los que también lo están otros partidos y también Sumar. Se le plantea así el irresoluble problema de verse obligado a colaborar con ciertos partidos con los que compite en esos territorios. Así, en Madrid tendría IU que competir con Más Madrid; en Valencia, con Compromiso; en Cataluña, con los Comunes… Ese defectuoso diseño de Sumar ha conducido a que IU se haya quedado sin eurodiputados. En efecto, Yolanda decidió poner en primer lugar a su amiga, la antropóloga madrileña Estrella Galán, en segundo lugar, al separatista catalán Jaume Assens, de Comunes; en tercer lugar, al separatista valenciano Vicent Marzà, de Compromiso. El cuarto candidato, el activista antisemita almeriense Manu Pineda, de IU, no ha obtenido escaño. Es una faceta más de la bonita teoría plurinacional, según la cual España no es una nación, sino una nación de naciones. Y claro, puestos así, Yolanda prefirió dar prioridad a Madrid, Cataluña y Valencia frente a Andalucía. Esa bonita teoría ha dado lugar, verdaderamente pintoresco, a que los votos de varios miles de canarios solo hayan servido para llevar al parlamento europeo al candidato del Partido Nacionalista Vasco.

En realidad, IU ha derrochado una excesiva generosidad. Tratándose de la formación con un arraigo territorial más amplio y con una historia más digna, que enlaza con la del Partido Comunista de España (PCE), cuya actividad contra el franquismo y cuyas aportaciones a la transición política son de sobras conocidas, lo normal habría sido que su candidato encabezase la lista. Pues no; el cuarto. Ninguna responsabilidad en el desaguisado ha tenido su actual presidente, el sensato, honrado y culto Antonio Maíllo, pues acaba de ser elegido. Pero eso no lo eximirá de evaluar si no le convendría a IU presentarse por su cuenta a las elecciones, como ha hecho con suficiente éxito Podemos. ¿Estaría ahora sin diputados IU de haber presentado su propia lista? ¿Renunciará IU a presentarse en Madrid y en la comunidad Valenciana?

En esa reflexión acaso podría coincidir con Izquierda Española, el único partido socialista que se ha opuesto a la inmoral amnistía a cambio de los votos de los amnistiados y ha defendido la igualdad entre todos los territorios de España. Carentes de recursos económicos, tampoco han obtenido ningún diputado. ¿Ha llegado el momento de que Guillermo del Valle abra conversaciones con Antonio Maíllo? Atentos a la pantalla.

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