Tribuna

FRancisco J. Ferraro

Miembro del Consejo Editorial del Grupo Joly

Una estrategia para superar la crisis

Una estrategia para superar la crisis Una estrategia para superar la crisis

Una estrategia para superar la crisis / rosell

El panorama sanitario y económico al que nos enfrentamos en estos primeros días del mes de septiembre es preocupante. Un notable aumento de los contagios y limitaciones en el sistema de Atención Primaria que, si bien se explica en buena medida por el aumento del número de test, su proliferación ha llevado a que nuestro país encabece el ranking de contagios por habitantes y a que aumente el número de hospitalizados y fallecidos. Por su parte, los últimos datos económicos disponibles del mercado de trabajo, del número de viajeros, de los PMI (Índice de los Gestores de Compras) o de los indicadores adelantados de la OCDE, ponen de manifiesto que la recuperación que se inició en junio y se fue prolongando en julio se ha ido frenando a lo largo de agosto por la retracción del turismo, el aumento de los contagios y las nuevas medidas restrictivas a la actividad económica, lo que apunta a una desaceleración de la recuperación, reduciendo las perspectivas de crecimiento para el conjunto del año.

La gravedad de las crisis sanitaria y económica en el presente y las complejas perspectivas de futuro no pueden abordarse con las políticas habituales ni con retoques de estas, sino que exigen una estrategia global y coherente que sea ampliamente compartida por las fuerzas políticas y por la sociedad. En su ausencia nos podemos enfrentar a un aumento del malestar social y a una crispación política que puede complicar la gobernación del país y la superación de la crisis.

El gran problema para alcanzar un acuerdo de esta naturaleza es que las fuerzas políticas conviven en un marco de confrontación en el que predominan los intereses partidistas, el tactismo y los agravios, todo ello salpimentado por descalificaciones, ocurrencias, naderías y desplantes que los medios de comunicación reproducen y las redes sociales magnifican. Un marco en el que la colaboración para una estrategia de esta envergadura es altamente improbable porque los vetos políticos impiden incluso sentarse a debatir sobre un programa elaborado por el Gobierno o por cualquier partido político.

Por ello, la presentación esta semana del documento Por un pacto político y social en torno a una estrategia de reactivación y crecimiento inclusivos, producido por un grupo de más de 120 expertos reunidos por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), constituye una oportunidad al ofrecer un texto de referencia para un debate constructivo.

Los objetivos que plantea el documento referido son: 1) Proteger a hogares y empresas, manteniendo un nivel adecuado de protección social y preservando en la medida de lo posible el tejido productivo. 2) Impulsar la reactivación económica y facilitar la necesaria reasignación de recursos hacia los sectores con mejores perspectivas y 3) Sentar las bases para un crecimiento sostenido, sostenible e inclusivo. Para implementar una estrategia con esta ambición es imprescindible un acuerdo político y social lo más amplio posible. Acuerdo que debería incluir un pacto presupuestario más allá del presupuesto de 2021, en el que se concretase un plan de consolidación fiscal a partir de 2022, especificando las prioridades de gasto y el reparto de los costes de la crisis vía tributos y medidas de racionalización del gasto.

La estrategia propuesta contempla actuaciones en el corto y en el largo plazo. En el corto plazo se trataría de adaptar las medidas de protección a empresas, trabajadores y hogares adoptadas al inicio de la crisis para impulsar la reactivación económica y evitar el cierre de empresas viables. Para lo que, entre otras medidas, proponen una estrategia de retirada selectiva de los ERTE adaptada a las circunstancias de las empresas y sectores, ajustar los procedimientos de los préstamos con garantía pública sobre la base de la experiencia acumulada, y reforzar el sistema escolar y las políticas activas de empleo (singularmente para desempleados y afectados por ERTE).

En la perspectiva del largo plazo, el objetivo fundamental es favorecer un crecimiento robusto, para lo que las políticas deben contribuir a aumentar el crecimiento potencial de la economía y a reducir el desempleo estructural, lo que mejorará el nivel de vida y reducirá la desigualdad. Para ello proponen dos instrumentos fundamentales: la inversión, en especial en capital humano y tecnológico, y reformas estructurales, como la tributaria, laboral, del sistema de pensiones o de las administraciones públicas.

El documento puede no ser compartido en su totalidad y necesitará un mayor desarrollo, pero puede constituir una base de negociación adecuada por la riqueza de su contenido y su estructura coherente, por lo que animamos a los responsables públicos a su lectura y debate.

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