Manuel Chaves González

Cuándo y cómo termina la guerra

La tribuna

En esta guerra se cruzan la soberanía de Ucrania, el futuro político de Putin y su régimen autocrático, la credibilidad de la OTAN y la UE y la seguridad de Europa

Cuándo y cómo termina la guerra
Cuándo y cómo termina la guerra / Rosell

03 de junio 2022 - 01:35

En el cuarto mes de la guerra provocada por la agresión a Ucrania nos enfrentamos a las graves consecuencias de la misma: vidas perdidas, sufrimiento humano, el aumento del coste de la vida y del precio de la energía y la amenaza de una hambruna global que golpeará, principalmente, a las poblaciones más pobres del planeta. Pero en esta guerra también existe el riesgo del uso de armas nucleares y de su extensión a otros países, como los estados Bálticos, amenazados en su seguridad. Además, todo apunta a que la guerra, mas allá del espacio físico en el que tiene lugar, producirá cambios estratégicos en el orden mundial.

Cuando la guerra adquiere esta dimensión, aumenta la inquietud sobre su desarrollo. Ya conocemos que el Ejercito ruso no era tan poderoso para convertir la invasión de Ucrania en un paseo militar; y que la población y el Ejercito ucraniano, gracias a la ayuda económica y militar de la OTAN y la UE, han resistido manteniendo su Gobierno legítimo y defendiendo el territorio y su capital, Kiev. Pero la guerra continúa y la incertidumbre abre la puerta a una pregunta: ¿cuándo y cómo terminará la guerra? Al parecer, tanto Rusia como los países aliados mantienen un cierto control sobre la evolución de la guerra, los limites y las lineas rojas que, aparentemente, pretenden no sobrepasar. Pero los controles pueden fallar y cualquier error de calculo puede conducir a una guerra total. Por ello, en estos momentos de la guerra, nos podemos preguntar sobre los objetivos que las partes implicadas quieren alcanzar y qué reacción tendrían si entienden que la evolución de la guerra les impide conseguirlos y les conduce inevitablemente a la derrota. Porque en el tablero de esta guerra se cruzan la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, el futuro político de Putin y de su régimen autocrático, la credibilidad de la OTAN, de la UE y de sus lideres ante la opinión pública europea, y la seguridad de Europa.

Algunos politólogos señalan que la duración indefinida de la guerra y su planteamiento en una dinámica de vencedores y vencidos puede conducirla a una situación muy peligrosa. En este sentido, Jurgen Habermas señala dos cosas: que un conflicto militar debe resolverse cuanto antes, sobre todo si existe el riesgo nuclear y que "no cabe esperar... que ningún bando acepte una derrota que suponga su retirada del campo de batalla como perdedor" (El País, 7/5/22). Así que se preguntan si es posible una solución pacifica para esta guerra. Entienden que, en estos momentos, una victoria militar de una de las dos partes no parece ser un objetivo realista. A partir de esta premisa, la guerra (que se inicio en 2014, aunque congelada varios años) debería terminar en un acuerdo que evite la escalada y conduzca a la paz y seguridad de Ucrania y del continente europeo.

En este contexto, Putin debe entender que la agresión a las leyes internacionales y la violación de la soberanía e integridad de un país no es tolerada y que, si la guerra continúa, los países aliados no van a dejar a Ucrania en la estacada. Putin también consideraba, con bastante razón, que la expansión de la OTAN hasta las fronteras rusas era una amenaza existencial para su país y una de las causas de la guerra. Pero Putin es el responsable de la ampliación de la OTAN y del reforzamiento militar de los estados miembros vecinos de Rusia por la inseguridad creada con su agresión; Europa vuelve a ser una prioridad defensiva para la OTAN. Cuando pretendía la división entre los países europeos, la agresión ha reforzado la unidad de la UE y su protagonismo en el orden internacional. Después de la desaparición de la URSS tras la caída del Muro de Berlin, los Estados Unidos y los países europeos consideraron que Rusia podía ser un pilar fundamental en la arquitectura de seguridad europea, pero Putin tomó el camino de restablecer el "imperio euroasiático".

Es posible que volvamos a los tiempos de la Guerra Fría y de la política de bloques. Un general alemán ya retirado, Helmut W. Ganser, nos dice que, ante la amenaza rusa, "defender a Europa a costa del riesgo de ciudades y pueblos destruidos por armas nucleares, como en la Guerra Fría, ya no es sostenible". Por eso, hay que negociar el fin de la guerra que ponga término a las muertes, a la destrucción y al sufrimiento. Hay que buscar la paz y, como dice este militar, los países aliados deben buscar nuevas vías de relación y de estabilidad estratégica con Moscú, con Putin o sin Putin.

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