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Acusan al edil de Pesca de vender moluscos de forma fraudulenta

  • La Guardia Civil dice que hay otras cuatro personas implicadas en la red de comercialización

El concejal de Pesca en el Ayuntamiento de Manilva, Antonio de Haro (IU), es una de las cinco personas que presuntamente formaba parte de una supuesta red organizada y dedicada a la comercialización fraudulenta de moluscos bivalvos que, al parecer, operaba desde el puerto deportivo de La Duquesa eludiendo todos los controles sanitarios al no pasar por el centro de expedición más cercano que se encuentra en Estepona y que ha sido desmantelada por la Guardia Civil.

De Haro, que además de edil es armador de la embarcación desde la que presuntamente se capturaba el molusco comercializado de forma irregular y vicepatrón de la Cofradía de Pescadores de Estepona, está acusado junto a los otros involucrados en esta trama de los presuntos delitos contra la salud pública, falsedad documental y estafa, según las diligencias llevadas a cabo por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y que investiga el Juzgado de Instrucción número 2 de Estepona.

Además del concejal de Pesca de Manilva, están implicados uno de sus sobrinos que supuestamente ejercía las funciones de transportista, dos conocidos empresarios de la Línea de la Concepción que podrían haber actuado como intermediarios para colocar el marisco en el mercado de forma irregular y el encargado de la lonja de Estepona por omitir los trámites, el tratamiento higiénico-sanitario y el posterior acondicionado de las conchas finas.

El desmantelamiento de esta red se ha llevado a cabo bajo la operación Nácar, en la que también ha colaborado la Inspección Pesquera de la Junta de Andalucía. Según la propia Guardia Civil, el modus operandi consistía presuntamente en descargar los moluscos capturados por la embarcación propiedad del edil en el puerto de La Duquesa con el pretexto de llevar la carga por carretera para eludir las siete millas náuticas de distancia que hay hasta Estepona si se hace por mar y que el propio De Haro reconoció a este periódico que es "más económico y menos peligroso".

Sin embargo, el Seprona descubrió que parte de esos moluscos, en su mayoría conchas finas, no llegaban al centro de expedición de Estepona donde la mercancía debía ser lavada, calibrada, envasada y etiquetada antes de su comercialización para el consumo humano. Los investigadores determinaron, por contra, que eran envasados y etiquetados en el mismo puerto de Manilva y transportados supuestamente por el sobrino del edil para luego venderlos a los intermediarios que eran los que se encargaban de introducirlos en el mercado a través de su distribución en Mercamálaga, a pesar de los riesgos que entrañaba esta práctica para el consumidor por la ausencia de controles sanitarios previos.

Desde ahí las conchas finas eran vendidas en pescaderías y restaurantes de la Costa del Sol "sin atender los requisitos de carácter obligatorio a los que están sujetos los moluscos bivalvos vivos para su puesta en el mercado, que exigen sea realizada a través de un centro de expedición donde han de ser acondicionados para su posterior consumo", según informó ayer el instituto armado.

La mercancía pasaba por válida puesto que las etiquetas con las que se comercializaba eran auténticas, aunque la investigación determinó que era el encargado de la lonja de Estepona el que presuntamente las suministraba para poder eludir los controles y dar apariencia de legalidad a las conchas finas en el mercado.

Al no tener que pasar por los controles del centro de expedición, el concejal y armador del barco implicado estaba supuestamente eludiendo a su vez el pago de la tasa establecida y que en el caso de las conchas finas ronda entre un euro y un euro y medio por cada kilo. En apenas unos meses, la Guardia Civil ha intervenido casi una tonelada de conchas finas con etiquetado fraudulento y otros 900 kilos de pulpos desembarcados en el puerto no autorizado y capturados por este barco.

De Haro negó ayer a este periódico tener conocimiento de la red a la que hace referencia la Guardia Civil y se limitó a decir que "yo no soy pescador, así que tendrán que buscar a terceras personas y demostrar que lo han hecho". Así, dijo que lo único que han hecho los armadores de Manilva es aceptar no descargar los moluscos en La Duquesa y llevarlos a Estepona "ante el aluvión de denuncias que tenemos porque las tenemos todos sin excepción".

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