El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), dependiente del Ministerio de Fomento, acaba de activar la contratación del cerramiento urbano de parte del trazado de la línea de Cercanías Málaga-Fuengirola, con el objetivo de rebajar las “innumerables incidencias” que sufre este ramal en la actualidad. Para ello, pretende ejecutar una especie de cierre de 1.782 metros lineales, repartidos en trece puntos kilómetros del trazado. El coste de licitación de la operación se sitúa en 417.587 euros (incluido IVA), con un plazo de ejecución de tres meses.

Para justificar esta intervención, el ente estatal señala en sus documentos la existencia de una “presión urbanística muy fuerte” sobre este trazado, lo que ocasiona que haya “pasos viciosos”, generando incidencias relacionadas con los cerramientos, tanto en zonas donde existe cerramiento de simple torsión, que por su antigüedad es fácilmente vandalizable, como en zonas donde no existe. Este hecho obliga a los equipos de mantenimiento a “realizar frecuentes reparaciones provisionales en los cerramientos de esta línea para mantener la seguridad de las circulaciones, incrementado considerablemente los gastos de mantenimiento”.

La Línea Fuengirola-Málaga María Zambrano presenta vía doble y única según tramos, está dotada de ancho ibérico y se encuentra electrificada a 3 Kv. Tiene una velocidad máxima de 125 kilómetros por hora. En el tramo objeto de estudio permite en la actualidad 52 circulaciones por sentido y día.

La solución desarrollada en este proyecto consiste en la construcción de un cerramiento urbano con zócalo de hormigón de 0,83 metros de altura, sobre el que se fijará un cerramiento con perfiles metálicos. Es justamente este tipo de instalación el que se emplea en zonas urbanas, “dado el buen comportamiento que tiene ante actitudes incívicas y vandalismo”.