El Ayuntamiento estudia el futuro del arco por los graves daños que sufre
La primera medida será instalar redes de seguridad a la espera de una decisión definitiva
marbella/Demoler o restaurar. Ese es el dilema al que se enfrenta ahora mismo el Ayuntamiento de Marbella en relación a uno de los símbolos de la historia reciente de la ciudad: el último arco de GIL que sobrevive al paso de los años.
Después de que los bomberos tuvieran que retirar hace unas semanas algunas de las planchas que recubren este emblema del municipio ante el riesgo de desprendimiento existente, el Consistorio encargó un estudio a una empresa especializada en patología de estructuras y edificaciones para saber el alcance de los daños.
Según explicó ayer el concejal de Obras, Javier García, las sospechas se confirman. La estructura metálica ha sufrido con el paso del tiempo los avatares meteorológicos y la corrosión del mar por lo que se hace imprescindible poner en marcha de manera inmediata medidas de seguridad para peatones y conductores.
Ante esta situación, el Ayuntamiento instalará redes en diferentes puntos del arco mientras se realiza un estudio más detallado en el que se valore la posibilidad de restaurar la estructura o si por el contrario se recomienda proceder a la demolición.
Hace cuatro años, cuando se estaban realizando las obras de soterramiento de la A-7, el Ministerio de Fomento encontró la oportunidad perfecta para suprimir el arco que daba la bienvenida a la ciudad a la altura de San Pedro Alcántara.
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