Seguramente pasará a la modesta historia de la autovía entre Córdoba y Málaga como el tramo con más retrasos, inconvenientes y dificultades técnicos de los que se recuerdan, al margen de los evidentes errores de planificación, pero el nuevo viaducto sobre el río Genil a la altura de Benamejí (Córdoba) es desde ayer una realidad. Más allá de la espectacularidad de la infraestructura -600 metros de longitud y 77 de altura- la puesta en servicio de este puente supone algo más que desviar el tráfico de la N-331 hacia el nuevo trazado, ya que supone el principio del fin de la A-45, el gesto que simboliza que la unión por autovía entre Córdoba y Málaga puede ser una realidad para finales de año.

De hecho, ése es el plazo que se maneja desde el Ministerio de Fomento para que el último tramo de la autovía entre en servicio. Así, fuentes próximas al departamento de José Blanco indicaron que el viaducto nuevo sobre el Genil acogerá tráfico en ambos sentidos de la circulación durante unos cuatro meses, que es el tiempo aproximado que necesita la constructora para adaptar el viejo puente y el actual trazado de la N-331 como calzada de la autovía en sentido a Málaga.

Hoy viernes, día en el que muchos cordobeses realizan el itinerario hasta la Costa del Sol, los conductores se encontrará un paisaje muy diferente cuando se propongan cruzar el inmenso tajo del río Genil, ya que el recorrido por el nuevo puente no ofrece aún un trazado de autovía, pero sí un trayecto más cómodo y seguro. Además, se prevé que amortigüe, al menos en parte, los atascos que en ocasiones se generaban en el entorno del viejo viaducto.

Fomento ya había anunciado que abriría el puente a última hora de la tarde y así ocurrió. En torno a las 20:15, los operarios de las empresas constructoras retiraron las valles y permitieron el paso de los vehículos por la infraestructura, aunque sólo en sentido Córdoba, puesto que los automovilistas que viajaban en sentido Málaga tuvieron que esperar algo más tiempo hasta que se permitió su circulación por el puente. Finalmente, a las 21:25 los automóviles podían circular ya en ambas direcciones por el viaducto

El viaducto sobre el Genil forma parte del tramo de la A-45 denominado Encinas Reales-Benamejí, de 11,5 kilómetros y que se divide en tres subtramos. El primero es de trazado común para ambas calzadas y de 958 metros de longitud, mientras que el subtramo II tiene trazado independiente para cada calzada y mide cerca de cinco kilómetros. El tercero -en servicio- presenta un trayecto común para ambas calzadas y ocupa 5.563 metros. Los subtramos que se pusieron en servicio son el I y la calzada del nuevo viaducto del subtramo II. Este último funcionará provisionalmente con dos sentidos, lo que permitirá dejar sin tráfico la actual carretera N-331 mientras se ejecutan las obras de reconversión de dicha carretera en la otra calzada de la autovía.