Provincia

Benaoján, una industria cárnica con solera

  • Las diferentes empresas emplean a unas 300 personas en una localidad de 1.900 habitantes

  • Hace décadas que son un referente del sector en Andalucía

Zona de envasado de chorizo en las instalaciones de Icarben.

Zona de envasado de chorizo en las instalaciones de Icarben. / Javier Flores

La industria cárnica de Benoján es, históricamente, un referente en la producción de embutidos y productos derivados del cerdo, que en la actualidad sigue teniendo una gran importancia y de la que viven de forma directa unas 300 personas en una localidad de 1.900 habitantes. Un motor económico que es la base principal de su economía en una comarca poco industrializada. Las fábricas de embutidos y salazones han sido el refugio de los benaojanos ante cualquier tipo de crisis económica. “La industria siempre nos salvó”, reconoce la alcaldesa de la localidad, Soraya García, aunque en estos momentos se vive un boom turístico en la zona.

La limpieza se realiza con equipos especiales de espuma con desinfectantes exclusivos para la industria. La limpieza se realiza con equipos especiales de espuma con desinfectantes exclusivos para la industria.

La limpieza se realiza con equipos especiales de espuma con desinfectantes exclusivos para la industria. / Javier Flores

Chacinas de todo tipo, con especial relevancia de los chorizos y, también, los cocidos, entre los que destaca la carne mechada, un producto que tiene una gran demanda entre los consumidores, aunque en estos momentos se encuentra en sus horas más bajas por los casos de listeriosis aparecidos a causa de la empresa sevillana Magrudis. Mientras tanto, en Benaoján sacan pecho por sus productos, la calidad de los mismos y la seguridad con la que son elaborados desde hace décadas. “No sacamos un lote al mercado hasta que tenemos el resultado positivo del laboratorio externo que se encarga de analizarlos”, explica Cati Castaño, máxima responsable de Icarben. Una empresa que posee su propio matadero, lo que le permite controlar todo el proceso de producción.

"No sacamos un lote al mercado hasta que tenemos el resultado del laboratorio”"

Además, este hecho hace que la presencia de los inspectores de la Junta de Andalucía sea continuada, ya que es obligatorio que estén presentes los días de matanza para certificar que el proceso se realice correctamente y que las carnes están en perfecto estado para iniciar su transformación, para lo que son sometidas a análisis en laboratorio.

En esta industria, que factura 9 millones de euros al año y que emplea en temporada alta a 70 personas, existe preocupación por el descenso de las ventas en un porcentaje cercano al 20%, por lo que insisten en resaltar que se trata de un “caso concreto y localizado en una sola fábrica de Sevilla” y resaltan que no afecta al resto del sector en el que no existe ningún tipo de problema para el consumo de los productos que ponen a la venta.

Sus trabajadores tienen un uniforme exclusivo para el trabajo y pasan por un sistema de limpieza de pies y manos antes de acceder a las instalaciones, a lo que se añaden las medidas de higiene como el uso de guantes, gorros o mascarillas, hasta el punto de que en algunas de las salas de elaboración los trabajadores se asemejan mucho a los que pueden encontrarse en algún laboratorio de máxima seguridad. De igual modo, su responsable de seguridad explica que el proceso de limpieza en ningún caso utiliza lejía y son productos especiales autorizados para alimentación los que se emplean. Además, también cuentan con un equipo especial para el limpiado de maquinaria mediante espuma especializada. Incluso un neburizador para llegar hasta los lugares más recónditos de las instalaciones. También las envasadores tienen un dispositivo especial que detecta la presencia de cualquier partícula sólida y la expulsa automáticamente.

"No usamos lejía, se usa productos especiales autorizados para la industria alimentaria”

Y mientras resaltan el gran control de seguridad para una elaboración bajo máximo contro, la producción no se detiene y los mercados de Sevilla, Huelva y Cádiz, principalmente, siguen siendo abastecidos con sus productos. Lomo en manteca, zurrapas, morcillas, chicharrones, jamones ibéricos o carnes frescas, entre otros, llegan cada día a restaurantes y tiendas de grandes cadenas de distribución.

Eso sí, reconocen que existe preocupación por la situación de alarma que se creó por el caso de Sevilla, aunque esperan que el consumidor siga confiando en productos que llevan décadas en el mercado sin ningún tipo de problema. Parecida es la situación en las instalaciones de El Cerdito 

Andaluz, otro de los grandes productores de la zona, con años de experiencia en la elaboración y aplicando estrictos controles en la producción para garantizar la seguridad de sus productos. Análisis en las superficies y análisis de un laboratorio externo de los lotes antes de salir al mercado. A ello añaden las auditorias de Sabor a Málaga y Parque Natural, marcas que hacen sus propios controles. Además, también muestra su sorpresa por el tema del supuesto uso lejía para limpiar. Noelia Domínguez explica que “utilizamos productos especiales de desinfección autorizados para la industria alimentaria”. Ellos,

 al igual que Icarben, también disponen de un equipo especial para la limpieza con espuma que se utiliza tras una primera limpieza manual. La imagen se repite. Monos especiales, guantes y mascarillas forman parte de las zonas de manipulado de las carnes que transforman en diferentes productos.

Chacinas y cocidos también son sus principales elaboraciones, aunque elaboran otros muchos como jamones, chicharrones o carnes fresca de venta directa. No faltan sus salchichones, que cuentan con un gran prestigio entre los consumidores, al igual que sus zurrapas.

Allí también existe preocupación por el descenso de las ventas por el miedo que se instaló en el consumidor, por lo que insisten en la necesidad de transmitir que el sector es muy seguro elaborando y que se trata de un caso concreto. De hecho, han colocado los resultados de su laboratorio en un zona visitable y no dudan en mostrarlo directamente a sus clientes para que despejen cualquier tipo de dudas que puedan tener ante las generalizaciones. En su caso la fábrica cuenta con unas treinta personas que trabajan de forma directa, mientras en su red de tiendas existen alrededor de otras 40 personas.

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