Equitación

Caballos con 'carné' español

  • Los ejemplares de pura raza española tienen que superar una inspección para poder ser reproductores aptos

  • La yeguada rondeña de Alberca se ha especializado en este tipo de ejemplares para doma clásica

Inspección realizada a Alberca VII

Inspección realizada a Alberca VII / Javier Flores (RONDA)

Los caballos de pura raza española son, junto a los de la árabe, dos de las consideradas como especies antiguas que todavía se conservan en el mundo y que les hacen especiales, hasta el punto de que tienen que ser veterinarios autorizados los que certifiquen que los ejemplares cumplen con las condiciones morfológicas de un equino de ese tipo.

La yeguada de Alberca, situada en Ronda, ha realizado una apuesta por estos caballos con destino a la doma clásica, ya que tanto los sementales como las yeguas reproductoras proceden de un árbol familiar vinculado a esta actividad.

En la actualidad han completado el proceso de certificación de todas sus yeguas reproductoras, lo que representa un importante paso y una garantía para los posibles compradores.

Un proceso que supone una dura inspección por parte de los veterinarios que se desplazan a la propia yeguada, sometiendo al caballo a un riguroso examen de medidas, proporciones y peso, que en esta ocasión Alberca VII lo superó y recibió su calificación como reproductora apta de la Asociación Nacional de Criadores de Pura Raza Española (Ancce).

Entre los motivos que conllevan descalificación –según señala Ancce– se encuentran la “deformidad del borde superior del cuello (de gato o vencido), cuello de ciervo o invertido, criptorquidia y monorquidia no accidental”. Así mismo son considerados defectos descalificantes “la alzada inferior a 1,54 metros en los machos e inferior a 1,52 metros en las hembras, indice de proporcionalidad inferior a 95 y superior a 105, los perfiles frontales cóncavos o ultra convexos”. De igual modo, también apunta a que “serán considerados defectos descalificantes la presencia de manchas de color blanco, en la cabeza cuando invadan alguna arcada orbitaria o toda la cara y en extremidades cuando las calzaduras invadan parte de la rodilla o corvejón, ni de cualquier tamaño en el resto del cuerpo, los ojos de distinto color o los ojos azules cuando no sean característicos de la capa”.

En caso de un resultado negativo, aunque el caballo en cuestión seguiría siendo considerado como de pura raza española, no podría ser utilizado como semental o reproductora para obtener hijos con dicha condición.Ahora, completado todo el proceso, también se toman muestras de sangre de los potros para comprobar mediante un estudio genético que sus padres realmente lo son. Y es que se trata de otorgar total garantía de que estos ejemplares son pura sangre española.

En cuanto al precio que pueden alcanzar los ejemplares jóvenes (potros), varía en función del mercado y las cualidades del caballos, aunque en el caso de esta yeguada su propietario, Adolfo Izquierdo, apunta que un precio “razonable” oscilaría entre los 3.000 y 10.000 euros, en función de su sexo y cualidades.

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