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Comienza el espectáculo del cortejo de los flamencos de Fuente de Piedra

  • Las colonias se dividen en grupos de entre 15 y 50 miembros para un ritual de gran belleza

Flamencos en la Laguna de Fuente de Piedra durante el cortejo.

Flamencos en la Laguna de Fuente de Piedra durante el cortejo.

Las aves, aparentemente distantes, están asociadas a nuestras vivencias y nuestra tierra. Podremos ser más o menos amantes de la ornitología pero estamos en contacto con ellas consciente o inconscientemente. Nos enseñan diferentes etapas del año y de la vida. Andalucía tiene una situación geográfica extraordinaria y las aves utilizan nuestra región como zona de paso en sus desplazamientos migratorios, como despensa o refugio y para reproducirse. La primavera es un periodo fantástico para ver a unas y otras, periodo en el que los espacios naturales se visten de gala. En estos meses la naturaleza muestra su cara más exultante: luz, color, frescura, vida y un sinfín de placeres para todos los gustos.

En el mes de abril se inicia el cortejo de muchas aves; entre ellas el cortejo del flamenco, que se puede observar en los humedales andaluces. El flamenco destaca por su aspecto, color, gran tamaño, largas patas y cuello e importante envergadura. Se podría decir que son las aves acuáticas más espectaculares que pueblan nuestros humedales. En la Reserva Natural Laguna de Fuente de Piedra el espectáculo está garantizado, y se invita a visitarlo los fines de semana de abril.

El cortejo se organiza en colonias tan numerosas que dan lugar a escenas impresionantes. Para cortejar a las hembras, los machos se dividen en grupos de 15 a 50 miembros dentro de las propias colonias, antes de comenzar a aparearse, con el objetivo de preparar verdaderas exhibiciones colectivas en las que despliegan sus exóticas alas y se vuelven tremendamente escandalosos; estiran el cuello y dirigen el pico hacia arriba mientras giran la cabeza de lado a lado; caminan juntos y cambian de dirección de forma abrupta, pero todo en perfecta sincronización. Una coreografía perfecta, una danza cuidadosamente ensayada y un lujo que se da en pocos lugares del planeta.

Será el preludio de otro de los grandes momentos que se vivirán en el humedal antequerano, que llegará en verano con el anillamiento de los ejemplares jóvenes y en el que varios cientos de voluntarios tendrán la oportunidad de disfrutar de uno de los espacios naturales más espectaculares de la zona colaborando en esta actividad que tiene lugar todos los años que hay reproducción.

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