El cementerio de Ronda acogió ayer el tradicional homenaje a los fusilados durante la dictadura franquista, que dejó una fosa común en la que se estima que pueden encontrarse más de 1.400 cuerpos, lo que convertirían a esta tumba en una de las mayores que existen en Andalucía sin que sus cuerpos hayan sido todavía recuperados.

El acto, organizado desde la asociación de la Memoria Histórica, contó con la participación del delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, y la alcaldesa de Ronda, Teresa Valdenebro, que fueron los encargados de realizar una ofrenda floral y colocar la primeras velas encendidas sobre la immensa lápida de cemento que cumbre el espacio sobre el que se encuentra la fosa común. Una representación política que estuvo acompañada por el presidente de la asociación, Francisco Pimentel. Tampoco faltó la música de violín, con la interpretación de los himnos andaluz y republicano.