Juan Carlos regresa a la carretera

El camionero herido en Alicante se reincorpora al trabajo tras un año de recuperación de las quemaduras que sufrió cuando incendiaron el camión en el que dormía

Juan Carlos Páez Reyes y su mujer, en su domicilio de Mollina.
Juan Carlos Páez Reyes y su mujer, en su domicilio de Mollina.
Gema González / Mollina

07 de junio 2009 - 05:01

Este jueves Juan Carlos Páez Reyes y su familia tienen mucho que celebrar. En la madrugada de ese mismo día hace un año, este camionero de Mollina estuvo a punto de perder la vida en un incendio presuntamente provocado en el área de servicio de San Isidro (Alicante), lugar al que se había desplazado para realizar su trabajo, el transporte de mercancías. "Ese suceso ha supuesto para mi vida cambiar la fecha de nacimiento, cuando llegue el día celebraré mi cumpleaños" señaló Páez. Su mujer, Petri García, añade que "le ha cambiado el sentido de la vida, no sé si por lo que le ha pasado o por haber estado tanto tiempo en casa, pero ve las cosas diferentes. Se ha vuelto más casero y ha perdido un poco el sentido aventurero y el carácter de nómada necesarios para desarrollar su trabajo".

Su principal temor ahora es volver a dormir en el camión y estar tantos días fuera de su casa. "Eran las 4:00 y tenía la cortina echada, aunque no del todo. El que lo hizo sabía que había alguien dentro. El coraje que tengo es que por qué no me llamaron antes de hacer eso y yo me hubiera salido y que hubieran hecho lo que fuera, pero quemar a una persona dentro de su camión y además durmiendo, eso es incluso un agravante en un juicio. Por eso, de vez en cuando me cabreo y le doy un puñetazo a la mesa, porque por algún lado tengo que explotar".

Con respecto a las secuelas, reconoce que las quemaduras en brazos y espalda le han sanado bien, pero lo más grave fue a raíz del salto que tuvo que dar para escapar de las llamas, que se partió la tibia y el peroné a la altura del tobillo, junto al calcáneo, que ya tenía roto de una caída anterior. Del mismo modo, ha desarrollado una nueva enfermedad como consecuencia de las quemaduras que sufrió y que permanecerá de por vida. Se trata de una enfermedad conocida como púrpura de de Henoch-Schöenlein. "Es una defensa que mi cuerpo desarrolló para defenderse de las infecciones, hasta que el sistema inmunológico se altera y provoca rigidez en las articulaciones, manchas de color púrpura en la piel y dolor abdominal".

A pesar de todo lo ocurrido, Juan Carlos no ha querido recibir tratamiento psicológico porque se encontraba bien y así se lo hizo saber al médico. De hecho, la misma mañana que ingresó en el hospital de Alicante, fue capaz de ver las noticias sobre lo ocurrido. "Al verlas, se me puso el vello de punta, me quedé pensando que había escapado de milagro, en ese momento, me percaté del peligro que había vivido. El psicólogo me felicitó por haberme enfrentado tan pronto a la realidad".

Un año especialmente duro para Juan Carlos, su mujer y su hija Jenny, en el que estuvo tres meses inmovilizado y perdió casi veinte kilos. "Los camioneros somos como una gran familia, nos cuidamos los unos a los otros, por eso pienso que los que me han hecho esto no pueden ser considerados como tales, porque he estado a punto de perder la vida, me la han cortado, el mal rato que me han hecho pasar a mí y a los míos, cuando lo pienso me enfurezco". Petri asume que la vida les ha cambiado por completo, han tenido que dejar a un lado muchos planes para centrarse en la recuperación de su marido.

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