Los 56 agentes de la Policía Local cuentan ya con chaleco antibalas

El Ayuntamiento de Antequera presentó ayer los equipos de seguridad con los que han sido dotados los 56 agentes de la Policía Local, que permitirá que la totalidad de la plantilla disponga de su propio chaleco antibalas, que también protegerá a los policías contra un intento de ataque con algún tipo de arma blanca o elemento punzante.

Los equipos de protección cuentan con sistemas de confección avanzados para ser capaces de repeler un disparo y al mismo tiempo ser un elemento cómodo de llevar a la hora de realizar el trabajo diario. Y es que cada chaleco aporta apenas un peso extraordinario que oscila entre 1,3 y 1,7 kilos, dependiendo de la talla que use cada policía.

"Hoy hemos dado seguridad a la Policía Local y tranquilidad a sus familias", indicó el alcalde de Antequera, Manuel Barón, aunque tanto los responsables municipales como policiales insistieron en señalar que la ciudad del Torcal "es una ciudad segura". No obstante, apuntaron a la necesidad de que los agentes cuenten con los mejores medios de protección, ya que "más vale prevenir que curar", señaló el concejal delegado de Seguridad, Ángel González.

Barón, también recordó que de este modo se cumple otro de los compromisos que su equipo de gobierno había adquirido con los agentes de la Policía Local para mejorar sus condiciones de trabajo. Para la compra de los chalecos, el Consistorio ha tenido que realizar un desembolso de unos 30.000 euros, ya que cada uno supera los 500 euros de coste.

Durante la presentación de los nuevos chalecos, en la que estuvieron varios de los agentes con ellos ya colocados, se apuntó la necesidad de adquirir el próximo año otros equipos, en este caso, destinados a la mejorar la movilidad de los policías en el casco urbano y en zonas rurales del extenso término municipal antequerano. Ello pasa por la compra de nuevas motocicletas de uso urbano y de campo.

Otro de los objetivos es el de adquirir equipos para el control de placas de matrículas en zonas reservadas únicamente para residentes o de control de velocidad para aquellas calles en las que se otorgue la prioridad al peatón y se limite la velocidad a 20 kilómetros por hora, como ocurre ya en calle Merecillas.