Recital flamenco en la laguna
Más de 400 voluntarios participan en Fuente de Piedra en el anillamiento de unos 500 pollos Las óptimas condiciones hídricas favorecieron este año todo el proceso
Noche cerrada en Fuente de Piedra, aunque la actividad es frenética en este pequeño municipio de la comarca de Antequera en plena madrugada. Es el día elegido para realizar el anillamiento de unos 500 flamencos en la laguna de este municipio. Para ello se cuenta con un grupo de 400 voluntarios que tienen que entrar durante unas horas en el humedal para poder realizar este trabajo por parte de los responsables de conservación.
Los voluntarios han llegado el día antes y han recibido información específica por parte del coordinador del anillamiento, Manuel Rendón, y posteriormente de sus jefes de grupo. Todo tenía que estar ultimado al mínimo detalle para que ayer no hubiese contratiempos, hasta el punto de tener perfectamente planificado el tiempo para el desayuno entre las 4:30 y 5:00.
Una vez tomado el desayuno, mientras el fresco de la madrugada de deja sentir, se inicia la salida escalonada hacia el humedal. Primera parte del recorrido en vehículos y caminando desde una distancia prudencial al punto de encuentro con los flamencos para no levantar sospechas entre la numerosa colonia de este año: 22.000 parejas y 20.000 pollos.
Una vez llegados a los límites de la laguna toca adentrarse en el agua en plena noche, en absoluto silencio y con la única ayuda de una caña para apoyarse y unas tenues balizas que señalan el camino y que han sido colocadas días antes para acostumbrar a los flamencos. Cámaras y móviles están totalmente prohibidos. Cualquier luz puede hacer que los flamencos decidan levantar el vuelo y la operación sería un absoluto fracaso. De igual modo, el silencio es obligatorio en las filas de a uno que avanzan por el agua en distintas direcciones para cerca a un grupo de unos 1.800 ejemplares. De ellos, unos 500 entrarán finalmente en el corral para ser anillados y sometidos a diferentes pruebas como peso, saca de sangre o exploración por los veterinarios para aquellos a los que se les detecta un problema. Esos ejemplares pasan al llamado hospital.
Una vez tomadas las posiciones en el lugar indicado, y con las primeras luces del día se procede a cercar al grupo seleccionado. Es el momento para que los voluntarios trabajen en equipo y perfectamente coordinados. No pueden quedar más de dos metros entre dos personas.
Finalmente, la operación es un éxito y los voluntarios regresan con una gran satisfacción personal y con la firme intención de intentar volver el próximo año.estas prácticas porque para optar a cualquier puesto de trabajo te piden experiencia previa, y ésta es la única manera que he encontrado de adquirirla de momento" se confiesa. Y es que asegura que está aprendiendo mucho y es difícil encontrar algo.
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