Ronda, destino para bodas

Casarse es un momento muy especial y muchas parejas buscan el lugar idóneo para dar el sí quiero, por lo que cada vez es más frecuente el realizar la ceremonia fuera de la ciudad de residencia o, incluso, fuera de su país. Dentro de los destinos para la celebración de bodas tiene un hueco Ronda. Un destino que por su belleza monumental y natural ha sido el elegido por parejas foráneas para unirse y celebrar con sus amigos dicho momento.

Además de Ronda como espacio, hace pocas semanas se podía ver la celebración de una boda en el templete de Blas Infante, acondicionado para el momento, también hay otro punto que despierta un gran interés, como es la puesta de sol que puede contemplarse desde el hotel Catalonia Reina Victoria, lo que ha servido para que más de una pareja se queden enamorados de ese momento y lo escojan como el lugar ideal para unir sus vidas de forma oficial.

De momento, mexicanos, finlandeses, daneses o irlandeses han sido algunas de las nacionalidades de los novios que han optado por regresar a Ronda para darse el sí quiero en las instalaciones de este conocido hotel rondeño, que pone a su disposición para ello un servicio completo de asesoramiento que pasa, incluso, para ayudarles a comprar materiales especiales que quieran para la decoración o el montaje de su particular photocall. Es que rápidamente captaron que podían tener un importante filón de negocio si lograban ofrecer un servicio completo de atención a los novios. Los responsables del hotel explican que se trata de peticiones muy especiales, en la que cada una de las parejas tiene demandas particulares, aunque en la mayoría de los casos se coincide en solicitar la celebración de la ceremonia coincidiendo con la puesta del sol.

Barras temáticas para las bebidas en función del país de origen, buffet de cocina de distintas nacionalidades o menús confeccionados en función de los gustos culinarios de los invitados y los novios, son algunas de las peticiones. En este sentido, explican que el cerdo, muy apreciado por los españoles, suele ser excluido de las comidas para bodas extranjeras, en las que gustan más otros alimentos como el pollo o el pato.

Pero las peticiones no se quedan solo en la comida, también hay que atender los grupos especiales de música, peluquería, maquillaje o buscar el pastor de la confesión religiosa que profesan para oficiar la ceremonia. "Hacemos lo que nos piden", indican los responsables del hotel, que destacan como uno de sus grandes atractivos el poder ofrecer la totalidad de los servicios necesarios sin salir del complejo.