Ni un conductor ebrio, que acabó arrestado, le había golpeado la cabeza contra el cristal trasero de un vehículo ni tampoco le había agarrado del cuello. El relato era falso. Así lo ha confirmado el Tribunal Supremo (TS) en la sentencia que ha ratificado y en la que le impone tres años de prisión a un guardia civil por fingir una agresión en Coín. También dos policías locales han sido condenados a dos años de cárcel por seguirle el juego y apoyar la secuencia inventada en el atestado que elaboraron la noche de autos.

El Supremo rechaza de esta forma los recursos de casación contra la sentencia dictada por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que a su vez desestimó los recursos de apelación formulados por los acusados contra el fallo judicial de la Audiencia Provincial de Málaga. La condena se ha basado en "prueba de cargo considerada como suficiente y debidamente detallada". 

Era la 1:30 de la madrugada del 5 de agosto de 2015 cuando una patrulla del Instituto Armado y otra de la Policía Local se dirigieron a un conductor que se encontraba sentado en el interior de su vehículo con el motor apagado y en estado de embriaguez. El hombre se negó a ser identificado y, según el fallo judicial, insultó a los agentes. Cuando le requirieron que se sometiera a la prueba de alcoholemia, espetó que no lo hacía "porque no le salía de los cojones". 

El guardia civil engrilletó al conductor y, según la sentencia, el agente, "de forma voluntaria se golpeó contra el cristal del automóvil, autolesionándose, para después tirarse del polo del uniforme que llevaba hasta romperlo". A renglón seguido, en presencia de los otros policías, acusó en falso al arrestado: "esto me lo has hecho tú".

El detenido fue trasladado al Puesto de Coín de la Guardia Civil como supuesto autor de los delitos de atentado a agente de la autoridad, resistencia y desobediencia. En las diligencias, reza la resolución judicial, "faltando deliberadamente a la verdad, hizo constar que el conductor le había agredido, golpeándole la cabeza contra su automóvil, cuando los policías locales intentaban hacerle la prueba de alcoholemia".

"Desprecio a la verdad" y una multa de 5.400 euros

Los dos agentes locales que firmaron la comparecencia sobre lo ocurrido "corroboraron los hechos y elaboraron el atestado con igualmente desprecio a la verdad", pues hicieron constar, "siendo falso", que el encausado "había cogido del cuello al guardia civil, golpeándole la cabeza". El Supremo ha confirmado ahora la condena de dos años de prisión para cada uno de los agentes por un delito de falsificación documental y otro de denuncia falsa. Tanto ellos como el guardia civil deberán pagar una multa de 5.400 euros. Los tres condenados han sido inhabilitados para ejercer el cargo de agente de la autoridad durante dos años.