Provincia

El TSJA condena al Ayuntamiento a indemnizar a los vecinos por ruido

  • El tribunal obliga al Consistorio a cumplir la normativa legal sobre control de decibelios y el establecimiento de equipos limitadores

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha condenado al Ayuntamiento de Benalmádena a indemnizar a vecinos por ruidos procedentes de locales de ocio ubicados en el puerto deportivo de la localidad. Los vecinos se dirigieron al consistorio para denunciar la situación y pedirle que pusiera las medidas necesarias para que los ruidos cesaran, según la sentencia del Tribunal de Justicia facilitada ayer por los afectados. Frente a la desestimación del Ayuntamiento de Benalmádena a poner medidas contra el ruido en esta zona, los vecinos interpusieron un recurso contencioso-administrativo. Tras que el Juzgado Contencioso Administrativo número 2 de Málaga desestimara también el recurso, los afectados presentaron un recurso de apelación que ha sido estimado por la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia.

El Tribunal de Justicia ha dictado sentencia, en la que ha ordenado que el Ayuntamiento de Benalmádena cumpla la normativa legal vigente sobre control de ruido y que ejerza las medidas necesarias para conseguir que las perturbaciones por ruidos no excedan de los límites establecidos.

Asimismo, en la misma sentencia también ha indicado a la alcaldía que efectúe el control de la insonorización acordada y el establecimiento de equipos limitadores-controladores, todo ello conforme a la normativa vigente. Y ha condenado que el Consistorio compense económicamente a los afectados por el ruido de los establecimientos de Puerto Marina en la cantidad que se acredite teniendo por base el precio del mercado de alquiler de las viviendas afectadas.

Los vecinos de esta zona llevan años denunciando el ruido que se genera en Puerto Marina con los locales de ocio y el gentío que circula por la zona, principalmente en los meses de verano. Un grupo de residentes crearon una plataforma de afectados y presentaron su primera denuncia ante el Ayuntamiento de Benalmádena en el año 2011. A lo largo de este tiempo, los vecinos han puesto más de 400 denuncias y en 2014 la Diputación llegó incluso a poner sonómetros a petición del consistorio benalmadense. Los vecinos siempre han argumentado que no estaban en contra de los bares y restaurantes, pero querían un mayor control sobre el ruido.

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