Diversidad

Torremolinos recupera el nombre de Pasaje Begoña en su callejero

  • El pleno aprobó el cambio definitivo de este mítico callejón, que en marzo de 1981 pasó a denominarse Pasaje Gil Vicente

Representantes de la asociación Pasaje Begoña, del Ayuntamiento y de la Junta, durante una visita.

Representantes de la asociación Pasaje Begoña, del Ayuntamiento y de la Junta, durante una visita.

Aunque todos en Torremolinos lo conocían por su antigua denominación, Pasaje Begoña, hace casi cuatro décadas que este mítico callejón pasó a llamarse Pasaje Gil Vicente. Quien fuera músico, poeta y actor portugués, protegido de la reina María, hijo de los Reyes Católicos, y de Juan III de Portugal, no fue capaz de reemplazar el nombre consolidado por el uso habitual que sus vecinos le dieron a este espacio. Fue el 1 de marzo de 1981 cuando se produjo el cambio de nomenclatura de este céntrico rincón del municipio, en plena plaza Costa del Sol y a solo unos metros de la calle San Miguel. En definitiva, diez años después de que se produjera la gran redada que acabó con más de 300 personas detenidas por su condición sexual, extranjeros deportados y locales comerciales cerrados a cal y canto, lo que se tradujo en un inminente estado de abandono que ha estado presente hasta muy recientemente.

Este verano se produjo el hermanamiento entre Pasaje Begoña y el Stonewall Inn de NY

Este jueves, sin embargo, el pleno del Ayuntamiento de Torremolinos aprobó de forma definitiva devolver el nombre de Pasaje Begoña al actual Pasaje Gil Vicente tras la correspondiente propuesta del Comité del Callejero a iniciativa de la asociación que lleva su mismo nombre y que trabaja desde hace dos años en la recuperación de la memoria histórica de este callejón que durante los años 60 y principios de los 70 fue un emblema internacional del ocio, la convivencia y la diversidad. Este pequeño callejón será recordado como un oásis de libertad donde se aglutinaban más de una treintena de pequeños locales de ocio, salas de fiesta, discotecas, clubes nocturnos o restaurantes donde todo el mundo era bienvenido y donde, a pesar de la dictadura, era posible ver a dos personas del mismo sexo besándose.

Cabe recordar que el pasado mes de junio se celebró en el Instituto Cervantes de Nueva York el acto de hermanamiento del Pasaje Begoña de Torremolinos con el bar Stonewall Inn de EEUU coincidiendo con la celebración del World Pride de la ciudad neoyorkina y del 50 aniversario de los disturbios del Stonewall que prendieron la mecha del movimiento LGTBI a nivel internacional.

El Pasaje Begoña, considerado el Stonewall español por sus similitudes históricas con la cuna del movimiento por la igualdad en Estados Unidos, fue un lugar visitado por famosos llegados de todo el mundo y clase social, desde hijos de embajadores, literatos o artistas como John Lennon o Anthony Quinn, entre otros. Entre los bares de ambiente más destacados y frecuentados se encontraban El Quijote, La Sirena, La Boquilla o The Blue Note, una sala de jazz propiedad de la cantante holandesa Pia Beck que, tras triunfar en el mundo con su música decidió establecerse en el corazón de la Costa del Sol, lejos de su tierra natal, donde se declaró abiertamente lesbiana, algo completamente revolucionario para la sociedad de la época.

A finales del año pasado, sin embargo, la suerte del Pasaje Begoña volvió a cambiar. Los locales que durante años permanecieron cerrados comenzaron a abrir sus puertas de nuevo. Además, la asociación trabaja también en la rehabilitación de este espacio con la recuperación de las fachadas o la creación de murales que dan a conocer el relato histórico de este lugar. También está previsto sustituir la solería actual y colocar un luminoso retro a la entrada del pasaje, recientemente declarado Lugar de Memoria Histórica y cuna de los derechos LGTBI.

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