Antonio Montañez, un autodidacta apasionado por el arte, proviene de El Valdés, Moclinejo. Su historia es la de un carpintero que, desde muy joven, se sumergió en el mundo laboral por cuenta propia. A pesar de sus ocupaciones como carpintero de muebles de cocina y laboratorio, siempre anidó un profundo amor por el arte en sus diversas manifestaciones. Reconocido en la comarca como el Gaudí de la Axarquía debido a su estilo ligado al modernismo y su habilidad para emplear azulejos en la creación de mosaicos, Montañez es admirado por su destreza en fusionar lo antiguo con lo contemporáneo.

Nacido en el pueblo hace 72 años y habiendo pasado parte de su vida en Madrid, Montañez lleva consigo las raíces de su comunidad. A medida que cerró su fábrica de muebles, su interés por el modernismo y el arte creció exponencialmente. Siempre tuvo una fascinación por el dibujo, la pintura y la escultura, lo que lo llevó a explorar nuevas expresiones artísticas. Fue a los 50 años cuando decidió comenzar a crear sus propias obras de arte, marcando así un nuevo capítulo en su vida artística.

Uno de los proyectos más emblemáticos de Montañez fue la construcción de un museo en su propia casa en El Valdés. Un proyecto que tomó un año de trabajo incansable y dedicación sin límites. Cada detalle, desde el diseño exterior hasta el interior, fue ideado por él, convirtiendo la casa en un símbolo del modernismo y la originalidad.

Imagen de la Casa Museo Axarquía

El artista trabajó intensamente en esta obra, "sin descansar por las noches mientras imaginaba y plasmaba mentalmente cada aspecto". Utilizando materiales reciclados y reutilizando elementos antiguos como ladrillos, maderas y ventanas, creó un espacio único que preserva la historia y la esencia de El Valdés. "Algunas ventanas pueden tener perfectamente como 100 años", añade. En la Casa Museo Axarquía de El Valdés, alberga entre 100 y 150 obras, todas ellas representativas de su pasión y dedicación al arte, cada una contando su propia historia y contribuyendo al legado cultural del lugar.

La historia del ex carpintero no solo se trata de la creación de obras asombrosas, sino también de un homenaje a las raíces y la comunidad. En su afán por preservar la historia de El Valdés, Montañez dedicó su talento a rendir tributo a los picapedreros, un colectivo cuya labor moldeó el paisaje del pueblo. Consciente de la importancia de preservar la memoria colectiva, el escultor creó un mural en el parque infantil al lado de su casa, un monumento vivo que cuenta la historia de aquellos dedicados a la elaboración de la piedra.

Mural del homenaje a los picapedreros de El Valdés

No contento solo con eso, Montañez regaló tres años de trabajo para embellecer aún más el parque, donando tanto su tiempo como su talento para hacerlo único y original: "Para hacer estos proyectos, regalé la mano de obra". Inspirándose en personajes icónicos de la cultura infantil, transformó el espacio en un entorno mágico y acogedor, lleno de vida y color. Su dedicación no solo se limitó al parque, sino que también extendió su arte a la entrada del pueblo, buscando siempre dejar su huella en el lugar que lo vio nacer.

Parque infantil en El Valdés

"A pesar de la falta de sensibilización general hacia el arte y la cultura en la comunidad", el artista ha sido recibido con reconocimiento y elogios por parte de aquellos que valoran su trabajo. Su compromiso con embellecer su entorno y preservar la historia a través del arte ha sido reconocido por aquellos que entienden y aprecian la importancia de sus contribuciones. El legado artístico del Gaudí de la Axarquía no solo ha embellecido el pueblo, sino que también ha inspirado a otros a seguir su pasión por el arte y la creatividad.

Segunda casa museo en Torremolinos

La dedicación incansable de Montañez por transformar espacios en museos es evidente en su compromiso de seis años para convertir su casa en Torremolinos en un nuevo centro cultural. Inspirado por el éxito de su Casa Museo Axarquía en El Valdés, ha emprendido un proyecto similar en esta localidad, con el objetivo de proporcionar una experiencia única para los visitantes.

Este nuevo museo en Torremolinos, además de ser un reflejo de su estilo modernista y su enfoque en la reutilización de materiales antiguos, se perfila como un lugar de exposición dinámico y multifacético. El pintor planea incluir una variedad de exposiciones, desde juguetes hasta obras de arte, utilizando un sótano espacioso de 500 metros cuadrados para albergar estas muestras. Su enfoque meticuloso en los detalles se hace evidente en la elaboración de mosaicos y cenefas que adornarán las paredes, una técnica que fusiona lo antiguo con lo moderno para crear un atractivo visual único.

La casa museo de Torremolinos promete ser un testimonio vivo de su creatividad, manteniendo la línea de modernismo que ha caracterizado sus obras anteriores. A través de la combinación de elementos reciclados con colores contemporáneos, Montañez espera crear un espacio que no solo sea atractivo visualmente, sino que también cuente historias y despierte la imaginación de quienes lo visiten.

Según el propio artista autodidacta, en su próxima casa museo en Torremolinos, espera establecer un punto de inflexión significativo en la cultura de la localidad. Además, prevé que la culminación de este museo se llevará a cabo en el transcurso de un año.

Antonio Montañez, quien se entrega completamente a sus proyectos, encuentra en cada etapa de este proceso una fuente de inspiración. Su incansable dedicación y su visión artística única son la columna vertebral de este nuevo museo en Torremolinos, que promete cautivar a los visitantes y convertirse en un punto de referencia cultural en la provincia.