Provincia

Viñedos con vistas al mar

  • La historia vitícola del municipio se remonta al siglo XVI En las últimas tres décadas ha desaparecido en torno al 70% del viñedo local Nilva es el primer vino oficial, nacido en 2014

Es el único municipio costero de la parte occidental de la provincia en donde el cultivo de las viñas está generalizado. Ha sido santo y seña de Manilva y su historia vitícola se remonta muchos siglos atrás. El primer documento que se conserva data del siglo XVI, en el año 1549, cuando el duque de Arcos cedió las primeras tierras para su cultivo. Desde entonces, el cultivo de la uva marcó la economía local durante años, gozando incluso de cierta fama o prestigio. Sin embargo, poco queda ya de esta tradición. Los terrenos donde se situaban las viñas pasaron a ser solares con mucho valor para la construcción y en las últimas tres décadas ha desaparecido en torno al 70% del viñedo local como consecuencia del acoso urbanístico. En la actualidad, apenas se conservan unas 180 hectáreas de cultivo.

Ante esta tesitura nació hace unos años el proyecto de recuperación del viñedo de Manilva, una apuesta decidida por fomentar el cultivo de las viñas y el turismo enológico en el municipio. "Ahora las viñas están protegidas, con lo que la especulación urbanística se ha frenado. La clave está en la recuperación del viñedo y mantenerlo de manera que sea patrimonio de este pueblo", manifiesta Argimiro Martínez, director gerente de Nilva Enoturismo. "El sector del enoturismo está muy de moda y tenemos la particularidad de que nos diferenciamos por un paisaje diferente al del resto de la provincia con unos viñedos centenarios con vistas al mar. Creo que a través del enoturismo podemos hacer que el turismo se fije en Manilva como un turismo alternativo al sol y playa y también durante el resto del año", agregó.

Por si fuera poco, en Manilva se encuentra el único Ciclo Superior de Vitivinicultura de la provincia de Málaga, el tercero en toda Andalucía. Los otros dos se encuentran en Montilla (Córdoba) y El Puerto de Santa María (Cádiz). Al mismo tiempo, el Centro de Interpretación de las Viñas de Manilva (Civima) ofrece la única ruta guiada por un Museo del Vino en la que se pone en valor el patrimonio vitícola de Manilva. "La tierra de Manilva es única en el cultivo por el tipo de suelo, albarizas, y el clima. Por eso aun siendo la misma variedad de uva que en la Axarquía, la Moscatel de Alejandría, el resultado es una uva más salina por su cercanía al mar", señala este ingeniero agrónomo, quien además explica que "todo el proceso se hace a mano porque no hay posibilidad de mecanizar al ser viñas muy viejas y retorcidas que se arrastran por el suelo, lo que hace que sea muy duro trabajarlas y menos rentables. Eso también le da un valor de artesanía pura".

Y aunque aún es común que las familias que conservan sus terrenos elaboren vino para su consumo particular, no es hasta hace dos años cuando este empresario registra la primera bodega legal en la que nace el vino blanco joven de Moscatel seco Nilva, primer vino elaborado en Manilva respaldado por una etiqueta oficial procedente de la viña del Peñoncillo. "En Manilva hay un fervor enorme a hacer vinos y sin embargo ha faltado emprendimiento local", comenta Martínez. La producción, sin embargo, aún es pequeña. Esta no supera las 2.500 botellas si bien la bodega tiene capacidad para albergar hasta 6.000. "La competencia en el mercado es tremenda, es difícil comenzar y aún somos muy jóvenes. Nos encantaría que los restaurantes y chiringuitos de Manilva lo vendieran y luego seguir creciendo hacia Marbella, Estepona y Campo de Gibraltar, pero es un camino muy lento", asegura a la vez que critica que "los restauradores de Málaga a veces prefieren vinos de fuera y es difícil encontrar en las cartas vinos de Málaga. Nos valoran mucho más fuera cuando el mercado estaría aquí mismo. Hace falta concienciar que los vinos que se producen aquí son muy buenos. El turista que viene a Málaga quiere productos locales".

Por último, este proyecto semilla está empezando a atraer la atención de diferentes agentes interesados en invertir en las viñas del municipio, como es el caso del bodeguero y enólogo gallego Marcos Lojo, responsable de la elaboración del vino albariño Chan de Rosas, entre otros.

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