Vinos submarinos

Una bodega rondeña experimenta la crianza de caldos bajo el mar Los 'jueces' del resultado aseguran que tiene "carácter salino" y pasan la prueba

Extracción de los vinos del mar.
Extracción de los vinos del mar.
Javier Flores Ronda

19 de mayo 2014 - 05:01

Los vinos submarinos de la bodega rondeña Schatz han superado la prueba. Tras completar su crianza en el fondo del mar, en un punto indeterminado de la costa marbellí, la primera cata realizada tras su extracción ha superado la prueba. Medidos ante sus hermanos gemelos, pero con una crianza realizada en bodega, aguantaron el tipo y mantuvieron el nivel frente a la fórmula tradicional.

Los jueces encargados de pasarles el examen fueron los alumnos y expertos que imparten el curso de experto en vinos que se desarrolla en Ronda y que cuenta con el aval de la Universidad de Málaga. "Están fantásticos", decía uno de los alumnos tras tener la oportunidad de formar parte de este experimento de investigación sobre la crianza de los vinos en el mar. Igualmente emocionado con el resultado se mostraba Antonio Martínez, otro de los alumnos, y uno de los impulsores de estudio junto al propietario de la bodega, Federico Schatz. "Han tenido una muy buena evolución", decía Martínez.

Mientras tanto, el propio Schatz reconocía que el resultado era altamente satisfactorio, aunque personalmente se sigue inclinando por la crianza en tierra. "Es una opinión personal, a otros les gusta más en el mar", decía Federico, un viticultor que siempre se muestra dispuesto a probar nueva fórmulas para añadir matices a sus ya reconocidos vino ecológicos. Además, reconocía que el vino con crianza en el mar había superado con creces las expectativas que se había depositado, y es que había muchas dudas sobre el efecto que el agua y la salinidad podrían ocasionar sobre el producto final. "Tiene carácter salino", explica Schatz. Mientras tanto, uno de los catadores consultados asegura que los vinos de mar no tienen nada que envidiar a los terrestres, con matices muy especiales. "En nariz las añadas procedentes del mar se comportan especialmente bien, aunque en boca gustaron más los procedentes de bodega", explica este alumno.

Ahora, una vez que se ha comprobado que la evolución es buena y tiene un carácter diferente a los vinos de crianza en tierra, ya hay interesados en iniciar la comercialización de este nuevo tipo de vinos. Un interés que Federico Schatz reconoce que existe, aunque la intención inicial no fue la de comercializar el vino, de hecho, las botellas que han sido extraídas no saldrán al mercado, únicamente servirán para completar la investigación.

No obstante, ante el interés por su comercialización, ahora se ha comenzado a estudiar cómo se puede cumplir con toda la legislación sin que las botellas pierdan su esencia marina. Precisamente, la conservación de los elementos marinos que se adhieren a la botella es una de los aspectos esenciales para que el potencial consumidor pueda tener una evidencia visual del método utilizado.

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