Agricultores piden a las cooperativas de aceite de oliva un precio razonable: “Un virgen extra no puede costar cinco euros”
UPA, COAG y Asaja hacen un llamamiento para "no perjudicar al productor"
Las asociaciones agrarias piden que se incluyan a los agricultores y se aceleren las ayudas por los efectos de la DANA
Axarquía/Cuando se habla del aceite de oliva, se hace de un producto muy inestable. La sequía, la demanda, las importaciones de otros países... hay tantos factores que es casi imposible acertar con su precio a medio plazo. Así, en apenas un año, según las últimas estimaciones de los expertos en esta temática, el oliva va a pasar de valer más de diez euros a situarse por debajo de seis. Esta bajada tan drástica puede afectar a los ingresos de los productores. Para evitar esto, agricultores piden a las cooperativas que "tengan calma a la hora de vender" y defiendan "un precio razonable por encima de los costes de producción en el olivar tradicional", que según un informe de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), los cifra en más de 4,70 euros para elaborar un kilo.
La sequía ha afectado a una infinidad de productos, el aceite de oliva es uno de ellos. Desde diciembre de 2021 hasta diciembre de 2023 su precio en origen aumentó un 152,6%, según los datos del Ministerio de Agricultura y Alimentación. Mientras que desde esa fecha hasta abril, tal y como reflejó un estudio de la Organización de Consumidores (OCU), que analizó el precio de venta al público de este producto en siete cadenas, lo hizo entre un 7% y un 23%, dependiendo del tipo de aceite, y aplicándose los mayores incrementos al virgen extra de marca de fabricante. A finales de 2024, la situación ha cambiado radicalmente. Ahora, según el presidente de DCOOP, Antonio Luque, el aceite de oliva puede situarse por debajo de los seis euros. Si se confirma esto, los productores de olivar tradicional podrían no obtener beneficios, o peor aún, podrían presentar pérdidas, según destacan las asociaciones agrarias. Sin embargo, hay otros expertos en el sector que estiman una bajada más moderada.
En este sentido, La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha elaborado un informe sobre las diez últimas campañas de aceite de oliva con el que constata dos aspectos fundamentales a tener muy en cuenta. Por un lado, que la comercialización de aceite de oliva va al alza. Por el otro, que la producción se ve afectada, cada vez más, por una inestabilidad muy acusada. Los datos oficiales de la AICA en estas diez campañas, desde la 2014/2015 a la 2024/2025, corroboran tendencias, tanto entre los consumidores como entre los productores. En relación con esto, UPA concluye que el consumidor, a pesar del desconocimiento en muchos lugares del mundo, se mantiene fiel a la grasa vegetal más sana y saludable que existe, el aceite de oliva, y que España marca las condiciones del mercado, por lo que si los precios en origen bajan se debe única y exclusivamente a las operaciones que se hacen en el país y al aprovechamiento de los especuladores.
Producción de aceite de oliva
El responsable de la sectorial de Olivar y Aceite de Oliva de UPA y secretario general de UPA Andalucía, Cristóbal Cano, hace hincapié en las tendencias. “La producción media en estas diez últimas campañas ha sido de 1.212.070 toneladas, con grandes variaciones entre unas y otras, mientras que la media de comercialización, en este mismo periodo, ha ascendido a 1.420.330 toneladas, con una línea muy clara al alza, aunque evidentemente muy dependiente de las disponibilidades. Pero una cosa está clara, y es que el consumidor, tanto español, como de otros países, está demostrando su apoyo por el producto, algo que se ha visto reforzado en las últimas campañas, donde el aumento de precio no ha llevado a un aumento de los stocks finales, sino que se ha vendido todo el aceite de oliva que estaba disponible”, afirma.
Otra de las conclusiones finales que destaca Cano es que España marca las condiciones del mercado. “Si los precios bajan se debe única y exclusivamente a las operaciones que se hacen aquí. El volumen de producción de otros países no es suficiente para modificar este efecto español. En la actual campaña, España va a producir el 40% de la producción mundial. El siguiente país en importancia estará en torno al 7%. Incluso, toda la Unión Europea producirá menos de la mitad que España. Por lo tanto, las condiciones actuales del mercado, en las que los precios del aceite de oliva en origen tienen una injustificada tendencia a la baja, no se pueden explicar por el nivel de comercialización y precios de dos o tres países, que producen menos del 50% de la producción de España, sino por lo que hace nuestro sector. Por todo lo expuesto, las condiciones del mercado mundial las marca España y no resulta comprensible que incluso algunos actores del sector productor contribuyan activamente en esta espiral bajista. De ahí que hago un llamamiento a las cooperativas para que tengan calma a la hora de vender y defiendan un precio razonable por encima de los costes de producción en el olivar tradicional, que el último informe elaborado por AEMO y presentado en la primera reunión del nuevo Observatorio de Mercado del Aceite de Oliva y Aceituna de Mesa de la Comisión Europea en Bruselas, los cifra en más de 4,70 euros para elaborar un kilo de aceite en el olivar tradicional con mayores dificultades”, expresa el secretario general de UPA Andalucía.
“Aunque las disponibilidades hacen que el dato por campaña sea diferente, de media cada año se han comercializado 208.260 toneladas más que el aceite producido en España. Solo en dos campañas el nivel de comercialización no ha sido capaz de compensar el nivel de producción, en las ocho campañas restantes, la situación ha sido al revés. Una situación compensada por el aumento de las importaciones. En los primeros cinco años del periodo analizado, las importaciones medias fueron de 135.420 toneladas, mientras que en el segundo quinquenio, de media, ascendieron a 218.180 toneladas. Por otro lado, se ha ido provocando un descenso paulatino de los stocks iniciales de campaña”, explica Cano.
Con este informe, las conclusiones a las que llega UPA son las siguientes: “Hay que prestar especial atención al potencial productivo de España a la vista de la evolución de estos diez años. Los efectos del cambio climático, la baja rentabilidad del cultivo y la elevada edad de los titulares de las explotaciones agrarias son un escollo importante para mejorar nuestras disponibilidades. Además, hay que tener en cuenta que la mayor parte del olivar en España se engloba en la categoría de olivar tradicional, con pendiente elevada de las parcelas, muy difícil mecanización, y elevados costes de producción, que impiden realizar inversiones adecuadas y limitan los rendimientos. Por último, la disponibilidad de agua, tanto de lluvia como de riego, ya es una realidad, no hay que esperar al futuro. Este es otro limitante importante para la producción, tanto en olivar tradicional como en sistemas más intensivos”, estima el responsable de la sectorial de Olivar y Aceite de Oliva de UPA.
"Un precio de seis euros y todos contentos"
Por su parte, el secretario general de UPA Málaga, Francisco Moscoso, añade que "se están importando aceites de Portugal a cuatro euros el kilo, eso no le está viniendo nada de bien a los agricultores. No es objetivo que se baje tanto, con esta cifra, los del tradicional estamos por debajo de los costes de producción. No podemos competir con los productos de fuera". Así, el secretario destaca que a nivel mundial tenemos un consumo de 3.000.000 de toneladas, y estamos produciendo 3.200.000, esto refleja que no se puede decir que sobre mucho aceite. El consumidor es fiel, consume más hasta con precios de nueve o diez euros. Las estadísticas confirman que el habitante de España es el mayor consumidor con once litros y medio por habitante. Después se situaría Italia, Grecia..."
"El problema es el mismo de siempre, al haber más aceitunas, el precio baja, cuando hay pocas, sube. Pero nos olvidamos de que el coste de producción ha aumentado a diferencia de hace unos años. Se ha encarecido la elaboración, por lo tanto, así, no deberían existir aceites de olivas por debajo de seis euros. Nosotros no pedimos ni una cosa ni otra, no queremos que el consumidor pague tanto, pero tampoco queremos que el productor pierda dinero, hablamos de estabilizar un precio, sobre esos seis euros, con esto todos estaríamos contentos. Simplemente, un virgen extra no puede bajar de ese precio. No queremos ponernos ricos, solo una rentabilidad en nuestra explotación", estima Moscoso.
La única forma de evitar el desplome es incrementar el consumo
La situación de la gran falta de aceite de oliva, sobre todo en Málaga, ha hecho elevar el precio a un nivel sin precedentes, fruto de la oferta y demanda. "No había aceite y la demanda seguía siendo importante o finalmente se elevó el precio. Esa cuestión ha cambiado de forma radical, ya que se conoce la cosecha que han estimado Junta y Cultura, esta es de 1.400.000 litros de aceite a nivel nacional. Con los niveles de salida, fruto del precio elevado, hay aceite suficiente para esta campaña", comenta Baldomero Bellido, presidente de Asaja Málaga.
En Málaga, la producción media se sitúa en 60 millones de kilos de aceite. Para hacernos una idea, "llevamos unos años con cifras entre 30 y 35 millones, en este año, llega a los 38, esto indica que seguimos muy por debajo de la media. Pues los precios han descendido de una forma importante. Ahora estamos en un escenario constante que ocurrió antes de la subida, los costes se han disparado de forma desmesurada. Los precios están rozando los 600 euros por tonelada, hablábamos antes de la mitad, en maquinaria y recambios se ha efectuado una subida tremenda. Entonces, volver al nivel de la situación es una pérdida segura. Los niveles no pueden volver", comenta Bellido.
"En esta semana ha habido un descenso en los lineales del precio del aceite de oliva y puede servir para reactivar el consumo, la única forma de que se pueda mantener estos niveles es incrementando dicho consumo. Todavía podemos asistir a un descenso aún mayor del que se ha producido en origen. Por ello, recuperarlo es la clave. Es decir, que se consuma un 50% más de aceite. Si no se consigue, puede peligrar el precio. La realidad es que se explotan 2/3 y se consume 1/3", según el presidente de Asaja Málaga.
Por su parte, el secretario de COAG Málaga, Antonio Rodríguez, expresa que "es una realidad y nos sumamos a ella. Hay que actualizar el precio para que el agricultor reciba un mínimo de beneficio, sino, estamos hablando de un problema serio".
Concienciar al consumidor, otra alternativa
"Un litro de aceite de oliva por cinco euros o menos no se puede dar. En un súper intensivo, que se cogen con máquinas cosechadoras, no llega al coste de medio euro. En tradicional, se sitúan en dos euros o más. Pero ese no es el quid de la cuestión, estamos de acuerdo que el precio es importante, pero el tema debe guiarse por concienciar al consumidor en lo beneficioso que es consumir el aceite de oliva", explica el doctor Francisco Lorenzo Tapia, presidente de la Asociación Olearum y cofrade de la Cofradía de la Mare Deu de la Olivera.
Según el experto, "no todos los aceites son de la misma calidad. Las personas tienen que entender que nunca será caro, si valoramos lo sano que es. El que compra algo, tiene que tener argumentos a la hora de hacerse con ese producto. La gente no sabe lo saludable que es el aceite virgen extra, si les dijeran que todos los estudios lo defienden, quizás no parecía tan caro pagar ese dinero por una botella. La intención debe ser convencer, no imponer. Entonces, se puede estabilizar un precio, que no está mal, pero lo mismo dentro de diez años suben los gastos. Es una historia que nunca va a terminar, a no ser que se entienda que pagamos unos euros por un producto que te dura un mes, que es muy sano, y lo usamos en muchas comidas", añade.
Tapia define la diferencia entre un olivar tradicional y súper intensivo, vital para entender la diferencia de precio entre los aceites existentes. "En el tradicional se trabajan unos 80 o 100 árboles por hectárea, necesitas más mano de obra, tardas más, cuesta más, pero ganas en calidad. En un súper intensivo, su densidad es mucho mayor y el trabajo se puede realizar más rápido, y con ayuda de maquinaria". En ese caso, pueden superar los 1.000 árboles por hectárea.
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