Coronavirus

Alcaldes y concejales multiusos en los pueblos de Málaga

  • Recoger alimentos, entregar medicinas, tirar la basura o gestionar certificados forman parte de su día a día

El alcalde de Cartajima realizando labores de limpieza

El alcalde de Cartajima realizando labores de limpieza / M.H. (Cartajima)

La vida de los alcaldes de los pequeños municipios de Málaga también se vio transformada por la llegada de la pandemia, y es que muchos de ellos se han convertido en la primera referencia de sus vecinos para aclarar dudas sobre cómo actuar o pedir ayuda en caso de ser necesario. “Todo ello sin dejar de atender a las cuestiones diarias de la gestión que se siguen manteniendo”, añade la alcaldesa de Benaoján, Soraya García.

Y es que si ya eran en condiciones normales la persona de referencia a sus localidades a la que los vecinos suelen acudir cuando tienen un problema, ahora se han multiplicado los asuntos que atender porque los problemas de los vecinos se han multiplicado. “En estos momentos estoy con el jefe de la Policía Local y el jefe de Protección Civil para todos los asuntos”, explica García, ya que el contacto con un positivo hace que en la actualidad el resto de la plantilla municipal se encuentre confinado.

“En mi caso estoy asumiendo las cuestiones de gestión, asistencia técnica para los que teletrabajan, recados para repartir documentación y la tramitación de certificados ante el centro de salud para las bajas médicas”, explica la regidora, y es que desde el Consistorio también se encargan de la retirada de basura, recogida de medicinas o de alimentación para aquellos que lo necesitan. “En estos momentos entre estas tres personas hemos asumido todas esas tareas”, indica.

Y es que ante cualquier duda de cómo actuar los vecinos suelen recurrir a la alcaldesa para aclarar asuntos sobre desplazamientos o las medidas sanitarias que tienen que adoptar.

Gestiones médicas son muy habituales Gestiones médicas son muy habituales

Gestiones médicas son muy habituales / M.H. (Genalguacil)

La situación es similar en Genalguacil, otra pequeña localidad del Valle del Genal, en la que su alcalde también es la persona a la que se recurre por parte de los vecinos “para todo”, indica Miguel Herrera. En esta localidad desde el Consistorio han conformado un pequeño grupo de voluntarios para poder atender las necesidades de la población en el que el alcalde es un integrante más y participa en las tareas que tienen que hacer como cualquier otro. “Por la noche a los vecinos que están más cerca de mi casa y que les hace falta pues les tiro la basura, tenemos el pueblo repartido por zonas”, explica el regidor.

Y es que también se encargan de repartir alimentos o entregar medicinas para aquellas personas que se han tenido que confinar por algún motivo. “En estos días, como tenemos un supermercado, también me piden que cuando salgo les traiga encargos concretos como la comida para los animales, incluso le llevo leña a los vecinos que la necesitan y que en estos momentos no tienen la posibilidad de recurrir a su familia”, explica.

Un trabajo extraordinario que asegura que asume sin problemas y sin ningún tipo de complejo. “En los pueblos somos como una familia y nos ayudamos cuando nos hace falta unos a otros”, afirma el regidor.Unas tareas adicionales que se hacen sin mirar horarios y que se suman a las habituales de la gestión que tampoco puede desatender. “Ayer (por el miércoles) me quedé hasta las cuatro de la mañana montando un proyecto para solicitar financiación”, asegura.

En Cartajima tampoco cambia mucho la descripción que hace su alcalde, Francisco Benítez, y es que incluso participa de forma directa en las labores de desinfección que se realizan en la localidad de forma regular. “Mi día a día desde el inicio de la pandemia es un no parar”, indica el regidor, que explica que también se encargan de realizar las compras para las personas mayores del municipio que en estos momentos no pueden moverse o que intentan aislarse lo máximo posible para evitar contagios.

“En este último periodo nos hemos visto afectados con casos positivos y desde ese momento he llevado un seguimiento de los casos positivos y con el distrito sanitario para agilizar todo lo referente para localizar posibles contagios y  pcr pertinentes”, explica Benítez.

Y es que en muchas ocasiones por ayuntamientos han contado con datos más actualizados que los propios responsables de Sanidad al tener conocimiento inmediato de los positivos que se han realizado la correspondiente prueba en centros privados al tener una comunicación directa entre vecinos y alcaldes. Un hecho que les permitió tomar medidas con antelación y poder solicitar confinamientos voluntarios o acordar que la hostelería dejase de prestar servicio antes de que dicha medida fuese adoptada por la propia Consejería de Salud de la Junta de Andalucía.

El reparto de comida es una de las tareas más habituales El reparto de comida es una de las tareas más habituales

El reparto de comida es una de las tareas más habituales / Javier Flores (Benarrabá)

En otros casos, como en Benarrabá, su alcalde, Silvestre Barroso, asegura que durante el primer tramo de pandemia sí que se produjo una petición de ayuda mucho más intensa que estos momentos en cuanto a la prestación de ayuda a los vecinos. “Entoces si que me requerían para llevarles alimentos o medicinas a las viviendas”, dice Barroso, que asegura que en estos momentos las familias ya tienen su propia organización y se encargan de estas labores, aunque en el caso de que algún vecino lo requiera se le sigue asistiendo.

No obstante, en estos momentos los vecinos recurren más a su figura como una suerte de punto de información directo al que recurrir ante dudas sobre la normativa que afecta a la localidad y en caso de detener que realizar desplazamientos fuera de la misma.

Pero la situación no es exclusiva de municipios en los que viven un centenar de personas, en localidades de mayor tamaño y que cuentan con varios miles de habitantes los alcaldes también están en una situación parecida. “Tengo un teléfono exclusivo para temas relacionados con Covid”, explica uno de estos alcaldes.

En su caso, aunque prefiere no aparecer con nombre propio al considerar que no es ningún mérito especial y ser parte de su trabajo, las tareas que suele realizar son muy parecidas a las localidades de mejor tamaño. Tirar la basura, entrega de alimentos y medicamentos o el asesoramiento a para hora de obtener determinados certificados o documentación.

Una descripción de la situación que deja en evidencia las grandes diferencias entre la gestión de grandes poblaciones y el trabajo en las pequeñas localidades. “Aquí la alcaldesa es una más, la mayoría tenemos su teléfono y si tienes algún problema la llamas directamente”, explica un vecino de Benaoján.

Una situación que se replica por el territorio de la provincia, especialmente en el interior, que acoge a la gran mayoría de las localidades que cuentan con poblaciones pequeñas de centenares o un par de miles de habitantes. Además, los concejales también suelen participar en este tipo de asistencia.

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