Los arrieros de los burro- taxi deberán ir "aseados" y conocer la cultura de Mijas

Si hay un elemento turístico por el que Mijas se ha dado a conocer en todo el mundo es el burro-taxi. Por ello, el Ayuntamiento de la localidad se ha puesto manos a la obra para regular este sector, por lo que el próximo sábado en el transcurso de un Pleno ordinario se dará el visto bueno inicial a la nueva ordenanza de burro-taxis, carros-burros y coches de caballos. Así lo anunció ayer el concejal de Vía Pública, Juan Carlos González, que explicó que en este nuevo reglamento se establecen tanto los derechos como las obligaciones de los arrieros y usuarios. Con ello se pretende elevar la calidad del principal servicio turístico de Mijas, ya que el concejal lo definió como "un símbolo del municipio".

En este sentido, en el reglamento se establece que los arrieros deberán llevar un "atuendo adecuado", por lo que los conductores de los burro-taxis deberán llevar un pantalón largo y una prenda superior que podrá ser de manga corta o larga, además de presentar un aspecto en todo momento aseado. "No queremos que lleven chanclas, camisetas de tirantes, bermudas o gorras tipo béisbol. No queremos imponer un uniforme sino que los arrieros guarden cierta uniformidad", explicó González. Asimismo, se establece que para la concesión de las licencias o autorizaciones municipales se tendrá en cuenta como punto positivo que los solicitantes hayan participado en ciclos, actividades o conferencias relacionadas con este tipo de servicio turístico, especialmente aquellas que sirvan para conocer las características tanto etnográficas como culturales de Mijas.

Con ello se quiere que los arrieros sean capaces de enseñar a los visitantes cuáles son los puntos principales de interés del término municipal, ya que el concejal explicó que ha podido constatar que algunos conductores no son capaces de identificar, por ejemplo, la Casa Museo. Pero las condiciones sanitarias de los animales también estarán recogidas en esta nueva ordenanza, por lo que se exigirá que un veterinario certifique durante el primer semestre del año la salud de los caballos o burros, según el caso.

Este certificado acreditativo será obligatorio para prestar el servicio durante todo el año, ya que también se especifican horarios para los distintos periodos para así garantizar que este medio de transporte esté en funcionamiento durante todos los días. Los arrieros también tendrán que dar recibos y contar con un libro de hojas de reclamaciones. Por último, el concejal señaló que está previsto que los burro-taxis puedan volver a transitar por el casco histórico, una iniciativa que se hará real una vez que esté arreglada la calle Málaga.