valle del genal

La avispilla del castaño amenaza la forma de vida de los productores

  • El sector, varias organizaciones agrarias y la Junta piden una suelta masiva del torymus

La plaga de la avispilla del castaño amenaza a 4.000 hectáreas de castaños del Valle del Genal y a la forma de vida de varios cientos de familia que habitan en sus pueblos y que tienen en este cultivo a una de sus principales fuentes de ingresos y, en tiempos de crisis, en algunos casos la única. Además, cinco cooperativas trabajan en la comercialización de este producto, además de diversos almacenes privados de la zona, y algunas empresas ya se dedican a su transformación para elaborar mermeladas, conservas o el apreciado marrón glasé, aunque todavía a pequeña escala, en comparación con la producción de entre 4 y 5 millones de kilogramos que cada año se producen.

Desde la detección de los primeros ejemplares de avispilla en la zona de Ojen las alarmas se desataron entre los productores de la comarca de Ronda y sus peores temores se confirmaron, la plaga llegó pronto a sus castaños y ahora, según los últimos datos que barajan los técnicos encargados de su control un 50% de la superficie está ya infectada. Con los nuevos datos el temor a perder una de sus fuentes de ingresos crece entre los productores, incluso algunos de ellos no creen en las casualidades y dan creencia a las conspiraciones y a que la llegada de la avispilla fuese casual. "Hay diversos focos que aparecen junto a la carretera, no creo que sea una casualidad", decía uno de los propietarios de castaños que el pasado miércoles asistieron a la suelta de los primeros torymus sinensis que lucharán contra esta plaga de forma natural.

Las organizaciones agrarias insisten en reclamar una suelta masiva de torymus, basándose en los éxitos conseguidos en otros países a los que llegó la plaga, por lo que no entienden las reticencias del Gobierno central a autorizar dichas liberaciones. Tampoco entienden las reticencias muchos productores, que se muestran hasta dispuestos a financiar la compra de los ejemplares necesarios en caso de que la Junta de Andalucía, administración que debe realizar este trabajo, no cuente con los recursos necesarios. "Ya buscaremos los agricultores la manera de pagarlo, pero tienen que autorizarlo", decía otro de los productores que tiene puestas sus esperanzas en el torymus.

Los técnicos también creen que la suelta experimental que se ha realizado no servirá para controlar la plaga, y es que la avispilla lleva varios años de ventaja y cuenta ya con una población muy superior a los torymus, además de contar con la ventaja de tener una mayor reproducción. En concreto, mientras la avispilla hace puestas de entre 100 y 200, el torymus se queda entre 50 y 100, por lo que necesita una población muy superior para conseguir un equilibrio y posteriormente proceder a la reducción de la plaga.

De momento, el Ministerio de Medio Ambiente sigue defendiendo su forma de actuar y registre por el principio de "precaución" ante la introducción en el ecosistema de una nueva especie exótica, como es el torymus sinensis.

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