Los domingos inmejorables son aquellos en los que se almuerza ese arroz en paella que reúne a la familia y amigos alrededor de la mesa. Carlos Ripoll apuesta por la provincia de Málaga para exportar su negocio madrileño de arroces a domicilio. Bajo la firma de CarlosArroces, este chef ha conseguido el equilibrio perfecto a través de recetas propias, pero siempre con la tradición muy presente. El nuevo concepto del arroz preparado para comer en casa ha llegado a la Costa del Sol.

Las cinco nuevas tiendas en Málaga se extienden por toda la costa, ubicándose en la avenida Isabel Manoja, 35, Torremolinos; en la avenida de Mijas, 1, Benalmádena; en la avenida de las Salinas, 18, Fuengirola; en la avenida Bulevar Príncipe Alfonso de Hohenlohe, 16, Marbella y en el centro comercial Diana Park en Guadalmina.

Estos establecimientos abren de lunes a domingo de 12:00 a 16:00 y de 18:00 a 22:00. Los pedidos se pueden realizar a través de la página web www.carlosarroces.com, aunque también se habilita el teléfono 900 799 620, donde su personal de atención al cliente ayuda y asesora a todos los que tengan dudas, tanto en español como en inglés.

“Tengo claro que la salmorreta (el sofrito que tienen de base los arroces alicantinos) y el caldo son la clave. A esto se suman unos ingredientes de primera y una depurada técnica con la que conseguimos dar el punto justo para que el arroz esté perfecto cuando el cliente llegue a su casa con la paella, lista para disfrutar”, confiesa Ripoll. En eso se basa la filosofía de la marca, en la elaboración siempre con ingredientes estrictamente seleccionados y de máxima calidad para ofrecer un producto premium que conserva la esencia tradicional de la Comunidad Valenciana, preparados en cada sede por arroceros alicantinos especialistas en paellas por encargo a entregar a domicilio o recoger en tienda.

De la yaya, de verduras, de la tierra, del pueblo, negro con almejas, de pulpo y ajos tiernos, con rabo de toro, o de marisco. Su reducida carta incluye los sabores de siempre y los más novedosos para que los atrevidos en este manjar tan Mediterráneo prueben diferentes sabores. “Hay que tener en cuenta que lo hacemos en su punto para que el cliente llegue igual de puntual y que la experiencia sea de 10, como si el arroz acabara de salir del fuego, evocando esas comidas familiares”, expresa Carlos Ripoll. Los precios rondan los 12 y 14 euros por persona.