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El despegue del turismo ornitológico

  • El atractivo de la variedad de aves hace crecer el número de visitantes que buscan verlas en plena naturaleza

Como las rocas o los árboles, las aves pueden ser para muchos excursionistas y aficionados a la naturaleza un elemento más del paisaje. Pero para otros, tan solo el avistamiento de una determinada especie puede dar sentido a todo un día de espera y largas caminatas. La observación de aves gana cada vez más adeptos en España, y la Serranía de Ronda es un lugar privilegiado para su práctica, gracias a su gran variedad de especies y a los numerosos entornos donde poder llevarla a cabo.

Pese a ello, todavía sigue existiendo un gran desconocimiento en relación a esta afición. "La observación de aves es mucho más que salir a ver pájaros. Es disfrutar con su biología, su canto, su colorido, su comportamiento…", explica Juan Luis Muñoz, aficionado y miembro del grupo local de la Serranía de Ronda de la Sociedad Española de Ornitología (SEO). Pero por encima de todo eso, el principal objetivo de quienes la practican es la identificación de las especies: "Eso es sin duda lo más gratificante".

En Ronda, cada vez son más los aficionados tanto locales como los llegados desde otros puntos de la geografía nacional o internacional los que se lanzan al campo a la busca de las especies más atractivas. Precisamente, el turismo ornitológico se ha convertido en los últimos años en un importante nicho dentro del sector, especialmente en el caso de los visitantes internacionales. No en vano, se calcula que estos turistas disfrutan de una estancia media mayor que la de otros tipos de visitantes, de unos siete días, y gasta en torno a 1.000 euros en su lugar de destino.

En la Serranía encuentran un lugar ideal para la observación de especies que no pueden encontrar en sus lugares de origen. Especialmente, las más buscadas pertenecen a las familias de las rapaces, siempre llamativas y espectaculares, y las aves rupícolas, es decir, las que viven entre rocas y pasto, especialmente en las zonas calizas: "Son aves pequeñas y muy interesantes, que pueden verse solo en las regiones mediterráneas". La collalba, los roqueros y las currucas son algunos de los ejemplos más representativos de estos pájaros.

También el entorno del Tajo resulta un lugar de obligada visita para los amantes de las aves, ya que se trata de "una joya ornitológica", según Muñoz. En este caso, la chova piquiirroja, conocida popularmente como graja, es la especie más emblemática.

Para aprovechar al máximo estos atractivos y fomentar este tipo de turismo, Muñoz cree que desde las administraciones públicas debería hacerse un mayor esfuerzo para aumentar la captación de este público. En concreto, señala que desde el Ayuntamiento de Ronda y la empresa municipal de Turismo se podría ofrecer más información al respecto a través de Internet. "A estos turistas le gusta planificarlo todo antes de salir, conocer posibles rutas y las especies que se va a encontrar. Y si le facilitas eso, pues mucho mejor", apunta.'

No se necesitan muchos requisitos para aventurarse en esta afición. Solo es necesario contar con unos prismáticos (los más idóneos son de 8 x 40 o 10 x 50) y una guía de aves de la zona que vayamos a visitar, donde encontraremos datos y fotografías o ilustraciones sobre los ejemplares que podemos encontrarnos. También es recomendable salir con un grupo o una persona que ya tenga cierta experiencia, aunque también puede ser un reto atractivo aprender por uno mismo.

Eso sí, al margen de los conocimientos o el equipamiento con los que cuente cada uno, es imprescindible tener muchas ganas de disfrutar de la naturaleza y las aves y contar con grandes dosis de paciencia. "Es una virtud necesaria", asegura este experto.

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