Diez años tras el Gordo en Villanueva de la Concepción: "El número era feísimo"
El sorteo de Navidad dejó 80 millones de euros en el municipio
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Más de 80 millones de euros casi cayeron del cielo hace diez años en Villanueva de la Concepción. El sorteo del Gordo sonrió a nada más y nada menos que 80 personas de este municipio de poco más de 3.000 vecinos. Nunca pensaron que un viaje para personas mayores a Roquetas de Mar, allí compraron el décimo, cambiaría tanto sus vidas. Una década ha pasado de aquel 22 de diciembre de 2015. Y sus protagonistas, lógicamente, no lo olvidan.
"Estaba pendiente de una operación en el bazo, pero se me metió en la cabeza lo de ir al viaje. No tenía dinero y tuve que pedir un préstamo. Después allí, cuando vino la lotera, dijeron: 'Que saque El Gato', que es mi apodo. Escogí el número entre un gran abanico de ellos pensando que no iba a salir ninguno y me siguieron los demás. Cuando lo supe puse barra libre en el bar de la plaza. Fue una alegría muy grande, le tocó a mucha gente", relata con emoción a este periódico, el vecino Francisco Bueno El Gato.
Así, añade que aprovechó la ocasión para "quitar trampas que tenía" y comprar "una finca". "Creo que todos han hecho igual. Muchos cogieron más números y están atentos a ver si sale otra vez", comenta. Junto a él, Pepe Aranda, su amigo y también residente en Villanueva de la Concepción, recuerda que estaba jugando a la petanca: "Perdí hasta las bolas, las dejé allí cuando me enteré. Mi mujer fue la que invirtió el dinero, en cosas de la casa y demás. Para el pueblo fue buenísimo. Si quiere tocar de nuevo y sino que haya salud para todos".
La reacción de Antonio Ruiz, vecino también, fue diferente cuando practicaba el mismo deporte. "Me dijeron que me había tocado y cuando terminé la partida fui a mi casa y vi que era verdad. Es una ayuda muy buena. Yo compré tres y los repartí con mis hijos y sobrinas, además de otros más para la familia de mi mujer. Yo compré un piso en Teatinos, en Málaga. Esperaba que me tocara algún año pero no sabía cuándo", ríe recordando, mientras apunta a que las respuestas en el municipio han sido "malas y buenas", ya que hay a quien "ya no le queda un duro" o quien no recibió.
Vecinos y empresarios de la localidad, beneficiados
Hasta 400.000 euros por boleto, que se quedaban en 320.000, fueron los repartidos y la localidad lo celebró con fiestas y compartiendo con vecinos y familiares. Entre los ganadores, también había empresarios. Por ejemplo, el dueño del bar Jiménez, local que lleva un siglo en pie, compartió el dinero con su familia antes de fallecer; y el del bar Godoy, Carlos Godoy, tampoco pensaba en que podría ocurrirle algo como ser premiado con la lotería.
Godoy rememora cómo estaba atendiendo a unos clientes cuando sonó el número ganador cantado por los Niños de San Ildefonso: el 79.140. "Me suena", dijo y corrieron a comprobarlo. "Fue toda una sorpresa. Tenía en la mano el Gordo, no me lo creía. Encima fue hasta regalado por el pescadero de aquí al lado. Hemos hecho reforma, comprado un coche que nos hacía falta y una pequeña casa. Estaba el pueblo decaído y hay empresas, obras, que se han reactivado", destaca.
A una calle de él, el dueño de la Pescadería José María, Francisco Javier, cuenta que fue su padre (José María) el que lo compró cuando fue a la excursión, y que recibieron la noticia con una "alegría inmensa": "Fue coger lo que había aquí, cerrar e ir a la plaza a disfrutar. No lo esperábamos. El número era feísimo". Con ello, los beneficios los invirtió en "varios coches, un piso en Antequera, y otra casa en Villanueva".
"Alguna gente sí lo ha aprovechado bien, otros no sé. Pero ha habido reacciones de todas clases. Decían que ya teníamos, que para qué queríamos más, había envidia. Aunque también mucha alegría, ahora están ilusionados creyendo que va a tocar todos los años, pero tampoco es así".
Por su parte, el encargado del Bar Jiménez, que lleva 16 años detrás de su barra, recuerda cómo le tocó al dueño y lo repartió. "Antonio Báez estaba cogiendo aceitunas aquel día y llego con la guasa: 'Nos ha tocado'. Todos se lo tomaron a broma y luego lo celebraron de borrachera. Él no lo necesitaba pero le vino bien para reformar su casa en el campo y a sus hijos sí les mejoró un poco la vida".
A su vez, reconoce que él no fue uno de los agraciados con El Gordo. "Los vecinos son la mayoría mayores, fueron al viaje y les tocó a todos ellos menos a mí que no tuve la suerte. Indirectamente repercutió, eso sí, las ventas aumentaron y a día de hoy siguen todos bien y se acuerdan de eso como algo positivo. No hay ninguno que diga que se lo ha gastado en dos años y se ha quedado peor que como estaba", incide.
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