Intenta fugarse de la prisión de Alhaurín de la Torre el detenido por matar a tiros a un rapero sueco en Marbella

Los funcionarios detectaron que uno de los barrotes de su celda estaba arrancado y creen que podría estar planificando una huida

El crimen organizado nórdico ahora estalla en la Costa del Sol

Lugar en el que ocurrió el tiroteo del rapero sueco en Marbella.
Lugar en el que ocurrió el tiroteo del rapero sueco en Marbella. / M. H.

Supuesto intento de fuga de dos reclusos en la prisión de Alhaurín de la Torre. Uno de ellos es el presunto responsable de la muerte a tiros en Marbella de un rapero sueco vinculado al crimen organizado. Fue este pasado lunes cuando los funcionarios detectaron que uno de los barrotes de su celda, que compartían los dos internos, había sido arrancado, desafiando así la seguridad del centro penitenciario. La principal hipótesis que manejan es que podrían estar planificando una huida. "Buscaba la manera de hacerlo", apostillan fuentes del sindicato Tu Abandono Me Puede Matar.

El centro penitenciario adoptó medidas contra los dos convictos. La dirección ordenó que ambos fueran conducidos a otro módulo en el que suelen convivir presos "a los que hay que estar atentos" por haber protagonizado ya un intento de fuga.

El juez había dictado a comienzos de este mes de octubre su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para el supuesto autor del crimen, un afganosueco de 38 años que se había acogido a su derecho a no declarar. Su víctima se llamaba Hamza Karimi, tenía 25 años y era conocido en el panorama musical sueco como Hamko, una de las voces emergentes del gangsta rap nórdico. Había cumplido recientemente una condena por intento de asesinato en Estocolmo, tras el tiroteo de un menor de 14 años en 2020, según publicaban distintos rotativos nórdicos. Su nombre figuraba en los registros policiales vinculados al entorno criminal de la capital sueca, donde distintos medios, entre ellos el canal público SVT, lo situaban como una amenaza.

Desde el asesinato, el detenido permanecía encerrado en el módulo 2 de la cárcel malagueña, que suelen ocupar reclusos menos peligrosos. "Él sí lo es, después de haber matado a sangre gría a un hombre con un arma", aseveran fuentes cercanas. La suya, eso sí, era una celda diseñada con materiales más resistentes para evitar fugas o la introducción de objetos prohibidos. Desde su ingreso había mantenido una actitud "desafiante", aunque no había protagonizado ningún incidente en el que se vieran implicados sus compañeros ni tampoco los funcionarios penitenciarios.

También CSIF Prisiones Málaga I ha elevado la voz respecto a este fuga en grado de tentativa, que -afirma- pudo ser frustrada gracias a la intervención de los profesionales penitenciarios. La rápida actuación del personal de servicio permitió detenerlos antes de que lograran su propósito. Ambos presos se encuentran clasificados en el artículo 75 del Reglamento Penitenciario, que contempla medidas de seguridad específicas para internos de especial peligrosidad.

La organización sindical ha solicitado el traslado de los dos implicados a otra prisión más adecuada a su perfil. Denuncia, además, “la creciente inseguridad y precariedad laboral” a la que están sometidos los funcionarios, especialmente durante los turnos nocturnos, donde la carga de trabajo es más significativa. “Exigimos más personal para cubrir adecuadamente los servicios y reforzar la seguridad, así como el reconocimiento de los funcionarios penitenciarios como agentes de la autoridad”, reclaman desde CSIF Prisiones Málaga I.

El sindicato también ha vuelto a pedir mejoras estructurales en el sistema penitenciario, como una relación de puestos de trabajo (RPT) completa, formación continua con medios actualizados y la implantación regulada de dispositivos Taser para casos excepcionales.

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