El hombre que falleció el pasado martes en Casares no fue atrapado por un camión de residuos. La víctima perdió la vida tras ser aplastada por un contenedor cuando trataba de colocarlo en un camión para, posteriormente, trasladarlo a Cortes de la Frontera. Inicialmente se barajó un accidente de tráfico, que un camión había arrollado a un viandante tras salirse de la vía; más tarde, que la silla que sujetaba un contenedor de vidrio de un camión de residuos se rompió mientras descargaba y cayó sobre el conductor. Este jueves el secretario de salud laboral y cambio climático de UGT Málaga, Vicente Sandoval, ha desmentido estas versiones. 

Según su relato, la propietaria de una finca situada en el kilómetro 13 de la A-377 -carretera de Gaucín a Estepona-, en el cruce de Casares, encargó a la empresa de un amigo, dedicada a la distribución de materiales de construcción, que recogiese un contenedor marítimo que tenía en su propiedad y lo trasladase hasta Cortes de la Frontera. 

El dueño del almacén de materiales envió al trabajador que finalmente resultaría fallecido con un camión de transporte para que realizase esta tarea. "Parece ser que este vehículo no era el más apropiado para el traslado de este tipo de contenedores, que tienen unas dimensiones determinadas y un sistema de anclaje muy concreto", explica Sandoval. Por ello, cuando el empleado trató de efectuar el trabajo encomendado, el depósito "sobresalía por todos los lados del camión". 

En la operación de ajustar el contenedor lo máximo posible, la víctima comenzó a maniobrar desde fuera del vehículo -concretamente al lado de la cabina- con un mando a distancia. "El contenedor se desplazó más de lo que pretendía, de manera que aplastó al hombre contra la cabina, provocando su fallecimiento", señala.

Aunque se desconoce si el contenedor estaba cargado o vacío, Sandoval insiste en que "está claro que el camión estaba diseñado para el traslado de materiales de construcción, pero no para las singularidades que presentaba el contenedor que pretendía trasladar". 

Con motivo de este fatídico suceso, los sindicatos UGT y CCOO se concentraron este jueves en Málaga para denunciar lo acaecido y pedir planes de prevención. "Pretendemos  que se incluya un delegado de prevención sectorial. El 80% de las empresas en España son pequeñas y medianas, y a estas la ley actual no les exige esta figura", explica Vicente Sandoval, quien detalla que el delegado de prevención es un trabajador elegido por el resto de empleados como su representante. "Además de velar por el cumplimiento de sus intereses, tiene como misión garantizar la seguridad y salud de todos los que trabajan en la empresa".

Asimismo, desde UGT han exigido una "mayor eficacia de la Fiscalía especial en prevención de riesgos laborales", una "mayor dotación de recursos humanos a la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social para incrementar su capacidad inspectora" y "dotar de crédito horario suficiente a delegados de prevención para el ejercicio de sus funciones con dedicación suficiente.

Por su parte, el secretario general del Sindicato del Hábitat, Juan Rueda, expone que "parece que en Málaga la prevención no existe porque es la primera provincia de Andalucía en números de caso de siniestralidad laboral".

Además, ha informado de que "llevamos más de 14.114 accidentes en lo que va de año en la provincia de Málaga; de ellos 13.936 han sido leves, 157 graves y 21 mortales". Rueda ha insistido que "necesitamos planes decididos de prevención porque las empresas no apuestan por las seguridad; ha de existir una planificación, pero también una vigilancia de los planes de prevención para controlar que se cumplen".

Según ambos sindicatos, la siniestralidad laboral en Málaga ha aumentado en agosto de 2022 con respecto al año anterior un total de 2.220, un 18,66%. La siniestralidad laboral mortal ha aumentado en un año en un 90,91%.