Terremoto de magnitud 4,9 con epicentro en Fuengirola: "Pensé que me había mareado"

Un inusual temblor ha sorprendido a Málaga en la mañana de este viernes. A las 10:38 horas, un terremoto de magnitud 4.9 con epicentro en Fuengirola se dejó sentir en distintos puntos de la capital, según confirmó el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Aunque la provincia se encuentra próxima a la Falla de Alborán, una zona sísmicamente activa por el contacto entre las placas africana y euroasiática, movimientos de esta intensidad no son frecuentes, por lo que la sacudida pilló desprevenidos a muchos vecinos.

A medida que el temblor recorrió distintos barrios, las reacciones no tardaron en multiplicarse. En El Candado, Victoria García relata que la escena la sorprendió en plena rutina matinal: “Estaba sentada en mi escritorio cuando pasó el terremoto y me di cuenta de que la chaqueta que estaba colgada cayó al suelo y las ventanas empezaron a sonar como moviéndose.”

En Carlinda, la experiencia fue distinta. Miguel Ángel Guerrero pensó por un instante que se trataba de un mareo, hasta que observó que no era solo él quien se movía: “De repente como que me ha dado un vuelco la cabeza; pensaba que era yo, pero enseguida noté que la silla también se movía y entonces vi que era un temblor de tierra.”

En Teatinos, Jorge Romero ha percibido la sacudida de manera leve, aunque suficiente para provocarle un reflejo inesperado: “He notado un pequeño movimiento en mi piso. Ha sido leve, pero en un sitio como Málaga no te esperas algo así. He salido rápido al balcón casi sin pensarlo.”

Estaba medio dormido, ha vibrado como la cama, habrán sido cuatro o cinco segundos y luego ha parado yo creía que como estaban de obras estaba haciendo que vibraba un poco el edificio, pero tampoco me he enterado mucho. Omar David Jara, vecino del centro de Fuengirola.

Hasta Las Chapas ha llegado también la sacudida del terremoto. Carlos Leirado de Arévalo, de 37 años, ha sentido la sacudida mientras trabajaba desde casa: "Estaba trabajando, en teletrabajo, he empezado a escuchar el tintineo de los tendederos de metal, las pantallas del ordenador se movían y la silla se movía". Describe la sensación de "estar en un barco, pero tiempo muy corto" y asegura que su reacción ha sido inmediata: "He dicho: 'Hala, se mueve, hay un terremoto'. Pero rápido ha terminado y me he dicho a mí mismo que no hay peligro" Para él, el temblor "ha sido muy corto para considerarlo peligroso".

Naimul Abbas, de 41 años y vecino de la Alameda de Capuchinos, también ha sentido con claridad el temblor mientras teletrabajaba en su piso: "Estaba teletrabajando y de repente el monitor del ordenador se empezó a mover, se me han caído unos auriculares de la mesa y todo", cuenta aún sorprendido por la sacudida.

El terremoto le ha pillado a Daniel Villodres en la Biblioteca Municipal de Alhaurín el Grande. Describe la situación como ‘‘la sensación de tener mareo’’. Este joven, estudiante de Periodismo en la Universidad de Málaga, cuenta que ‘‘han sido cinco segundos, pero se ha notado bastante’’. Él se encontraba junto a una amiga en la sala de estudios del edificio y ‘‘nos hemos dado cuenta de que era un terremoto cuando los cristales que separan las mesas han comenzado a vibrar’’, cuenta.

Por la zona de Rincón de la Victoria también se ha sentido el seísmo con intensidad. Allí, a Mario le ha pillado teletrabajando en casa. "He notado un temblor en los muebles que tenía al lado, incluso la silla en la que estaba sentado y el ordenador con el que estoy trabajando. También el crujido de la madera de la casa, suelos y paredes", ha relatado. "Creía que la mesa se iba a caer porque no está en perfecto estado", bromea, pese al susto. Asegura que "nunca" había vivido un temblor así y que ha "dudado durante un segundo" que se tratara de un terremoto, hasta que ha visto que algunos objetos empezaban a caer de las estanterías, "libros y una bola del mundo", precisa. "Cuando se han caído las cosas sí he pensado que era un terremoto y me he metido rápido en Twitter a comprobarlo", dice.

A las zonas de Parque Clavero y Cerrado de Calderón también ha llegado la sacudida. En la primera, Daniel Fernández pensaba que ‘‘era una racha de viento’’, cuando ha notado que se movían las persianas de su habitación. Pero, a continuación ha sido la puerta y, por último, la estantería las que han comenzado a temblar, en tan solo cinco segundos, y ‘‘entonces he deducido que era un terremoto’’. Por otra parte, Pablo García en Cerrado de Calderón cuenta que ‘‘ha empezado a moverse el escritorio de mi habitación’’. Explica que ha sido una ‘‘sensación rara’’.

En la Bodeguilla, en la esquina de Carranque, el propietario se ha enterado de seismo por el tintineo de las botellas. La lámpara, el sofá y el mueble con las copas también se le han movido a algunos vecinos frente a la Iglesia de la barriada. En mitad de la clase algunos docentes han percibido el temblor por el encerado.

En Algarrobo también se ha notado el terremoto. Antonio López, opositor a profesor de secundaria, estaba estudiando cuando de repente ha notado que el sofá comenzaba a temblar. Este, preocupado, ha preguntado a su familia y amigos cercanos si también habían sentido lo mismo que él. “Ahora van y me dicen que ellos no han sentido nada, pero es que en mi casa han temblado hasta las aspas del ventilador de techo”, aseguraba todavía angustiado.

De igual forma se ha balanceado el autobús para la campaña de donación de sangre que esta mañana se encuentra a las puertas del Corte Inglés en al capital.

Aunque no se han registrado daños materiales ni personales, el temblor ha dejado claro que, aun siendo infrecuentes, las sacudidas relacionadas con la actividad de las fallas del Mar de Alborán pueden sentirse ocasionalmente en Málaga, generando sorpresa entre una población que no está habituada a convivir con ellas.