Educación

Un lugar para la integración

  • En el IES Costa del Sol conviven 400 alumnos de 30 nacionalidades

Venezuela, Lituania, Eslovaquia, Rumanía, Marruecos, Bangladesh, China, Irlanda, Alemania, Argentina... En un municipio como Torremolinos en el que conviven hasta 125 nacionalidades diferentes no es de extrañar que esta realidad multicultural se refleje también en sus aulas. En el IES Costa del Sol los profesores trabajan a diario en una serie de programas y actividades con el objetivo de propiciar un clima positivo ante la diversidad cultural, eliminar las barreras del aprendizaje y facilitar la participación de todos los alumnos.

“Trabajamos la interculturalidad desde hace muchos años porque no hay mejor forma de educar que el conocerse. El racismo viene del desconocimiento”, explica José Estévez, director del centro, en el conviven alrededor de 400 alumnos de entorno a 30 nacionalidades diferentes. La ratio de alumno inmigrante por clase es superior al 20% y las nacionalidades mayoritarias son la marroquí, la sudamericana y la china, mientras que la británica ha descendido en los últimos años.

Uno de los principales hándicap del alumno inmigrante que llega al centro es el idioma. Por eso es importante evaluar su nivel a su llegada en el aula temporal de adaptación lingüística, donde se trabaja el idioma tanto de forma individual como en pequeños grupos. Y donde no solo se trabaja el aprendizaje del español sino también el mantenimiento de la cultura de origen. Para ello cuentan con un plan especial de atención lingüística para inmigrantes destinado a aquellos alumnos que proceden de una cultura distinta a la española, que presenta dificultades lingüísticas, y en muchos casos también necesidades derivadas de situaciones de desigualdad.

Pero aunque sin duda el idioma es uno de los pilares fundamentales para su total integración, este no es el único. La participación en las diferentes actividades del centro y las relaciones con el resto de compañeros son clave para la correcta inclusión del alumnado. También se pide la implicación y participación de las familias para avanzar en el proceso de integración. Sin embargo, según cuenta la orientadora, Ana Bello, “hay comunidades, como la china, a las que le cuesta mucho participar, son más cerrados en cuanto a su cultura”.

Cada año, celebran una semana intercultural para dar a conocer sus costumbres a los demás

“Lo que intentamos hacer es que se conozcan y conozcan otras culturas. Por ejemplo, una de las actividades que realizamos todos los años es la visita a varios centros religiosos en una mañana. Es una forma de trabajar el respecto y la tolerancia hacia otras culturas y religiones a través del conocimiento”, explica Ana Bello, orientadora. Esto les permite a los alumnos visitar en su horario de clase una sinagoga, una mezquita, un templo hindú, un templo budista y una iglesia católica. Y, lo mejor, sin salir de la provincia, ya que todas ellas se encuentran en Torremolinos y municipios vecinos como Benalmádena y Fuengirola. Entre otras actividades, cada año celebran la semana intercultural en la que padres y alumnos preparan platos típicos de sus países de origen para dar a conocer su gastronomía y, de esta forma, parte de su cultura al resto de sus compañeros.

No obstante, la inclusión no es solo un tema cultural, tal y como explica su director, sino que también integra a toda la diversidad del alumnado, como alumnos con necesidades especiales. El profesor Manuel Olmo y la orientadora Ana Bello han sido capaces de sintetizar la realidad del centro en un vídeo que muestra los diferentes actividades que realizan a lo largo del curso para favorecer la integración de los estudiantes como trabajo final de un programa Erasmus+ en el que participaron el año pasado junto a otros dos centros de Italia y uno de Polonia.

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