La riqueza de la biodiversidad submarina de las costas malagueñas, en el foco de los científicos del Instituto Español de Oceanografía
Un equipo de expertos ha estado estudiando los montes submarinos del mar de Alborán en el litoral de Málaga y Granada durante los últimos 11 días
Es la primera de las tres expediciones que impulsa este organismo con objeto de conocer en profundidad estos ecosistemas
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Han llegado a profundidades de alrededor de 1.000 metros para arrojar más información a espacios de gran interés biológico y ecológico que, a simple vista, no se ven. Están bajo las aguas, concretamente bajo el mar de Alborán, escenario de una serie de trabajos científicos que está llevando a cabo un equipo de profesionales del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) en el litoral malagueño y granadino. Este proyecto, que se enmarca dentro de la campaña Biodiv, se estructura en tres expediciones, la primera de las cuales ha finalizado este martes en Málaga tras 11 días de intensa actividad de campo.
Los científicos han navegado a bordo del buque oceanográfico Ramón Margalef, el mismo que será escenario de las siguientes inmersiones para recorrer los montes submarinos del mar de Alborán que se definieron como foco de esta actividad de análisis e investigación. El proyecto, impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), apuesta de esta forma por mejorar el conocimiento de estos ecosistemas, analizando la diversidad de especies de sus fondos y el grado de conservación de sus hábitats.
En el caso de las costas malagueña y granadina, se han explorado con detalle los montes Avempace, La Herradura y Villa de Djibouti, situados a entre 40 y 60 kilómetros del litora., a profundidades de cerca de 1.000 metros en su base y hasta 230 en sus cimas. También se han observado sus fondos mediante un trineo fotogramétrico remolcado con cámaras de video de alta resolución y se han tomado muestras de sedimentos y fauna. "Estos montes, por su posición central en el mar de Alborán y por la acción de las corrientes marinas a las que están sometidas, son lugares de gran interés biológico y ecológico. Son oasis de vida, convirtiéndose su conservación en un objetivo primordial como un recurso natural de nuestro país", ha explicado el responsable de la campaña e investigador del Centro Oceanográfico de Málaga (IEO-CSIC), Juan Tomás Vázquez.
Estas tres grandes montañas submarinas tienen anchuras de hasta 10 kilómetros, unos flancos con fuertes pendientes y sus cimas presentan relieves aplanados, especialmente en el caso del monte La Herradura, que podría considerarse un guyot o volcán submarino que entró en erupción en el pasado, pero están marcados por crestas rocosas de diferente tamaño.
Los científicos que han participado en estas acciones destacan que se han observado numerosos montículos constituidos por arrecifes de coral relictos, desarrollados, probablemente, durante la última etapa glaciar. Estos arrecifes son utilizados en la actualidad por numerosas especies tanto de corales, como de esponjas, moluscos, equinoideos o crustáceos, entre otros. Los fondos tapizados por sedimentos están colonizados por grandes campos de lirios de mar y plumas marinas.
La iniciativa, como se apuntaba anteriormente, forma parte del proyecto Biodiv sobre asesoramiento científico-técnico para el seguimiento de la biodiversidad marina y espacios y especies marinos protegidos de competencia estatal (2022-2025), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Ha sido impulsada por la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y el CSIC.
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