Las lluvias crean su propio espectáculo natural en Benaoján

Las cascadas del nacimiento de la Estación cobran vida tras las importantes lluvias de la pasada semana

Los embalses de Málaga ganan tres hectómetros por el paso de la borrasca 'Claudia'

Una senderista observa el nacimiento de la Estación de Benaoján.
Una senderista observa el nacimiento de la Estación de Benaoján. / Javier Flores

Las lluvias dejadas por la borrasca 'Claudia' han supero los 150 litros por metro cuadro en diferentes puntos de la Serranía de Ronda y han tenido un efecto directo sobre el campo. El verde que tímidamente estaba asomando ha disparado su saturación, los cauces de los ríos bajan con fuerza renovada de unas aguas que, en algunos puntos, llegan a ser bravas. Y todo ello combinado con los amarillos y ocres que comienza a dejar el avance del otoño. Una paleta de colores y sonidos que hace que pasear por los numerosos senderos de la comarca rondeña sea una explosión de sensaciones para los sentidos.

Una de las zonas en las que se produce una unión de todos estos factores es la Estación de Benaoján, una pedanía benaojana en la que se unen nacimientos de agua, cascadas, aguas bravas, ríos crecidos y senderos que dejar ver la llegada con fuerza de una de las épocas más espectaculares del año.

Nada más llegar se puede oír a los lejos el sonido del agua bajando desde el nacimiento hacia el cauce del río Guadiaro que discurre junto a esta barriada de viviendas. En su recorrido la cruza de un extremo a otro y hace que sea muy fácil poder observar este espectáculo creado por el agua.

Río Guadiaro a su paso por la Estación de Benaoján.
Río Guadiaro a su paso por la Estación de Benaoján. / Javier Flores

En la zona del nacimiento el agua aflora con fuerza desde el interior de las rocas y la pequeña represa que le precede hace que se conforme una espectacular cascada que en estos días luce en todo su esplendor. Un regalo para los oídos y para la vista que se puede observar y sentir desde diferentes puntos.

Incluso se puede hacer mientras se disfruta de alguna bebida o una comida en el hotel Molino del Santo, y es que el cauce y las cataratas están situadas al filo de sus instalaciones.

En estos días son muchos los vecinos y visitantes que no quieren perderse este espectáculo natural. Y es que se trata de una zona fácilmente accesible a la que se puede llegar realizando un paseo de pocos minutos. Incluso hay puntos a los que se puede llegar directamente en coche.

Sendero que conduce al Charco de la Barranca.
Sendero que conduce al Charco de la Barranca. / Javier Flores

Allí también se puede disfrutar de un tranquilo paseo junto al cauce del río Guadiaro entre colores otoñales. Eso sí, una vez alcanzado en ‘Charco de la Barranca’, en estos momentos la crecida del río no permite cruzar al otro lado del cauce.

Sin irse de esta pedanía se puede optar por recorrer el sendero que también discurre junto al río Guadiaro y que conduce hasta la propia Cueva del Gato, otro punto en el que el agua es la gran protagonista.

De igual modo, para los más atrevidos existe la posibilidad de recorrer el camino que conecta la pedanía benaojana con la vecina localidad de Jimera de Líbar y disfrutar de su bosque.

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