El policía de Campillos denunciado por una masajista fue absuelto por tocamientos a otra mujer en Antequera

El policía local de Campillos que ha sido denunciado por una masajista erótica por presunto acoso sexual, tras varios meses de supuestos mensajes insistentes y haber acudido a su vivienda, fue absuelto en una causa anterior después de que otra mujer también lo denunciara por tocamientos en Antequera, según fuentes oficiales consultadas por este periódico.

En aquel procedimiento, abierto hace algo más de un lustro, el juez que se ocupó del caso determinó que no existían pruebas suficientes para acreditar los hechos entonces denunciados contra el agente. El tribunal dictó sentencia absolutoria. Desde entonces, no hay constancia de que en su historial existan otros antecedentes.

El policía llegó a estar detenido, aunque, según las mismas fuentes, "no más de 24 horas" y quedó después en libertad a la espera de celebrarse la vista oral. El Ayuntamiento de Campillos, tras conocerse la absolución, no adoptó ninguna medida contra él "porque no había delito judicial". En este caso, fuentes municipales ya señalaron que se estudiarían posibles medidas a adoptar si correspondieran, pero que por el momento no ha recibido ninguna notificación oficial sobre la denuncia.

Tras esta última denuncia, la Policía Nacional ha abierto una investigación en la que se están practicando diligencias "para el total esclarecimiento de los hechos", según han confirmado desde la Comisaría provincial de Málaga.

En el escrito, la mujer, que ofrece masajes de tipo erótico a través de la plataforma Wallapop, afirma que su primera contacto con este policía tuvo lugar en marzo de este año, después de que se hiciera llamar “Javier”. Tras iniciar una conversación por mensajería, el supuesto cliente insistía en saber si los masajes incluían servicios sexuales y si podía tocarle las zonas íntimas.

Ante su actitud, la masajista decidió no atenderlo. En ese momento, el hombre, al parecer, le reveló que era policía local de Campillos, advirtiéndole que no podía negarse a darle una cita porque “no estaba dada de alta”, lo que ella interpretó como una amenaza.

El 30 de marzo, la mujer recibió nuevos mensajes desde otro número, esta vez de una persona que se hacía llamar “Carlos”. En el perfil de usuario figuraba un nombre que, según asegura la trabajadora, correspondía con un agente de la Policía Local del citado municipio.

El acoso, según su testimonio, continuó el 2 de abril, cuando el mismo individuo volvió a contactarla, esta vez identificándose como “Victoria” a través de Wallapop. Para entonces, recalca en la denuncia, qabía quién era realmente y que conocía su identidad.

A mediados de mayo, asegura en la denuncia, el mismo interlocutor retomó el contacto para recriminarle que conociera su nombre y apellidos. En septiembre volvió a escribirle preguntando si “seguía enfadada” y si podía darle una cita, pero no obtuvo respuesta.

La masajista asevera que la situación fue a mayores cuando el hombre se presentó físicamente en su vivienda. Según su relato, lo reconoció por fotografías vistas previamente en redes sociales. Habría logrado que ella le abriera la puerta del portal mediante supuestos engaños, haciéndose pasar por una clienta con la que la mujer tenía cita, también bajo el nombre de “Victoria”. Al verlo salir del ascensor, la denunciante cerró rápidamente la puerta de su vivienda por miedo, mientras él llamaba, supuestamente, llamaba de forma insistente al timbre antes de marcharse.

Hubo más llamadas. El policía denunciado habría intentado volver a comunicarse con ella por teléfono. La masajista asegura que teme por su integridad, ya que el individuo lleva meses intentando contactar con ella “hasta el punto de presentarse en su casa”. Y ha aportado capturas de pantalla de las conversaciones que podrían servir de pruebas a la Policía Nacional para que corrobore los hechos.