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El príncipe Salman Bin Abdulaziz Al-Saud, hermano del fallecido rey Fahd de Arabia Saudí, se dejó ver ayer por vez primera este verano en Marbella tras su llegada el lunes, ya que salió de palacio para acudir a una mezquita al rezo de los viernes. Entre fuertes medidas de seguridad en el acceso al edificio religioso, el príncipe llegó desde su palacio, denominado Al Riyad y situado al lado, a través de un acceso directo, tras lo que ha acudido a la biblioteca de esta mezquita, llamada del Rey Fahd. El príncipe, que vestía túnica blanca, llevaba un turbante y se apoyaba en un bastón, llegó al rezo rodeado de un amplio dispositivo de vigilancia.
En Marbella se espera la llegada de más integrantes de la Casa Real saudí y de otros saudíes con residencia en esta ciudad en los próximos días y se prevé su marcha en los primeros días de agosto ante el comienzo del ramadán. El príncipe llegó el lunes con un séquito de un centenar de personas, a las que estaba previsto que se sumarán decenas de empleados locales contratados para su servicio. La llegada del príncipe supone la contratación de entre cincuenta y cien marbellíes para tareas de intendencia o como chóferes, según los empresarios locales, y la comitiva que acompaña al hermano del rey Fahd tiene reservadas habitaciones en varios hoteles de lujo.
El príncipe acostumbra durante sus estancias en Marbella a acudir a tomar churros con zumo de naranja en la céntrica Plaza de los Naranjos a primera hora de la mañana casi a diario y su familia suele visitar siempre las mismas tiendas. Su yate, Shaf of London, permanece atracado en Puerto Banús.
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