La sequía golpea con dureza a El Borge: "La vida diaria se ha convertido en un desafío"

El Borge/En las estrechas calles adoquinadas de El Borge, un municipio enclavado en la Axarquía, la sequía se ha convertido en una amenaza constante, dejando a sus vecinos lidiando con cortes de agua repentinos y una escasez que no tiene precedentes. A pesar de las medidas tomadas, como cortes programados de agua de 00:00 a 7:00, sus residentes se vieron sorprendidos los días 4 y 5 de noviembre con cortes de agua imprevistos, dejando a la localidad con tan solo tres horas de suministro en dos días.

Lourdes y Paqui, dos vecinas que han vivido toda su vida en el pueblo, compartieron sus inquietudes sobre la actual emergencia hídrica que ha afectado a la comunidad durante el último fin de semana. "Con solo tres horas de suministro, y sin previo aviso, la vida diaria se ha vuelto un desafío, especialmente para aquellos que no cuentan con depósitos de agua", detallaron.

Ambas lamentan que la vivencia de la escasez de agua ha sido particularmente desafiante durante el pasado fin de semana. "Aquellos con depósitos de agua han podido sobrellevar la situación, pero quienes dependen únicamente del suministro directo han enfrentado serias dificultades. La comunidad ha tenido que recurrir a la compra masiva de botellas de agua para sobrevivir".

Ezequiel Moya, técnico de Turismo del Ayuntamiento y presidente de la Asociación El Pasero, asegura que la situación es complicada. Aunque cuenta con un aljibe, el motor estaba roto, comprometiendo todo el sistema y dejándolo sin acceso directo a agua almacenada. El sábado, tras una jornada de trabajo, experimentó en primera persona la cruda realidad de la escasez de agua. A las 15:00, se cortó el suministro, lo que, según él, fue manejable hasta su regreso a casa alrededor de las 18:00 de la tarde. Fue entonces cuando la situación empeoró.

"Me quería duchar y tenía que ir a casa de mis padres que tienen el depósito o a casa de mis suegros. Luego, el baño, ni hablemos", comparte el técnico de Turismo. Hasta las 12:00 del domingo, el agua no regresó obligándolo a adaptarse a una rutina limitada, con lavadoras pendientes y una presión de agua insuficiente para realizar tareas básicas.

Moya subraya la falta de soluciones a largo plazo y con una mirada crítica hacia el Gobierno central y regional expresa su frustración por la falta de medidas efectivas para abordar la crisis.

"La mencionada desaladora prometida por las autoridades se proyecta como una solución a largo plazo, pero la espera de al menos cinco años plantea dudas sobre su efectividad inmediata", comenta.

Pedro, cocinero de la Posada Del Bandolero y vecino del municipio, pone el acento en la falta de vigilancia y control en las infraestructuras. "Con la red que tenemos, se sigue perdiendo mucha agua", remarca.

El cocinero de la Posada Del Bandolero, que cuenta con un depósito para gestionar su suministro, destaca que aunque no nota la diferencia cuando hay cortes, sí experimenta un aumento en la factura de electricidad cuando activa el motor del depósito.

Los agricultores también expresan su desesperación con plantaciones que han tenido que ser arrancadas antes de tiempo debido a la falta de agua.

Otra vecina explica que las personas mayores en la comunidad no sufren tanto debido a su experiencia en tiempos en los que la escasez era la norma. Ella, por ejemplo, se ducha en la bañera y en lugar de vaciarla cuando termina utiliza el agua para llevar a cabo tareas domésticas esenciales como fregar y lavar platos.